Accident IQOXE
El accidente de IQOXE se produjo por una «reacción química inesperada e imprevisible»
Según el IQS el siniestro se produjo por una serie de factores, algunos desconocidos, que se encadenaron
Inédito y rápido
La investigación ha intentado reconstruir los hechos que se produjeron en el interior del reactor durante el proceso de fabricación de MPEG-500 (metoxido polietilenglicol), un producto usado en la industria farmacéutica y de cosméticos, entre otros. Lo han hecho a partir de analizar los consumos de electricidad y vapor de la planta, ya que los registros informáticos «quedaron completamente destruidos por la explosión» en que destruyó la sala de control, han señalado.
Los técnicos del IQS han remarcado en varias ocasiones que el siniestro se produjo por el encadenamiento de cuatro factores que, aisladamente, no suponían ningún problema de seguridad. Incluso han reconocido que alguno de ellos ya había pasado anteriormente. El elemento que hasta el momento era desconocido era la descomposición del MPEG a unos 300 grados. Este producto, que es lo que se fabricaba en el reactor de la planta de derivados de óxido de etileno de IQOXE, es «una sustancia perfectamente conocida», que no era la primera vez que la compañía producía y que hasta ahora no había generado «accidentes graves» en ningún sitio, según ha indicado Julià Sempere, catedrático de ingeniería química del IQS.
«No hay bibliografía que describa la descomposición explosiva del producto», ha apuntado Eduard Serra, responsable de seguridad del IQS. «Este accidente no lo hubiera previsto nadie. No se contemplaba el escenario de la explosión del reactor por descomposición del producto», ha complementado. De hecho, según han explicado, durante la investigación se ha descubierto que el MPEG-500 se descompone y «se comporta de manera extraña», hasta el punto de explotar, 200 grados por debajo del óxido de etileno, una sustancia altamente explosiva y que inicialmente era la principal sospechosa de haber generado la deflagración. Sierra y Sempere sin embargo, han incidido en el hecho de que el siniestro se produjo en los momentos finales del proceso de fabricación del MPEG-500, motivo por el cual en aquel momento en el reactor había poca cantidad de óxido de etileno y, en cambio, se acumulaban unas 20 toneladas del producto final.
Sempere ha concretado que los procesos químicos que condujeron a un incremento de la temperatura del MPEG-500 hasta los 300 grados se produjeron «en pocos minutos». Finalmente, «la reacción de la descomposición se vuelve rápida e incontrolable, y en pocos segundos se produce la explosión», ha afirmado. Todo, para los científicos del IQS concuerda con el hecho de que hasta el momento del siniestro «en la planta había tranquilidad». «El jefe de mantenimiento se estaba marchando. Algún minuto o segundos antes deberían saltar todas las alarmas», ha añadido Sempere.
Descartan el error humano
Sin embargo, han reconocido que el 14 de enero, durante el proceso de producción del MPEG -que dura unas cuantas horas-, se habían detectado anomalías. La deflagración se produjo hacia las 18.40 horas y «el proceso fue normal hasta las tres de la tarde». «En aquel momento hubo un paro brusco. Hasta las 15.10 el sistema estuvo parado. Se hicieron tres pruebas de puesta en marcha; y a la cuarta, arrancó», ha detallado Sempere, que no ha podido dar detalles sobre los motivos de estos incidentes. Tal como ha relatado, a las cinco de la tarde «un equipo de mantenimiento fue a la unidad 3100 -la afectada- y los operadores informaron que la presión del reactor era más baja del habitual, y la temperatura, más alta». «Eso quiere decir que el reactor entró en un proceso de oscilación. Ya había pasado alguna otra vez y no había llevado ningún problema de seguridad», ha manifestado.
Con todo, han defendido la actuación de los trabajadores y han asegurado que tenían «mucha experiencia». «No había manera humana de evitar eso», ha dicho Sempere, que ha defendido que la tecnología usada «es la más nueva, eficiente y segura» y que los niveles de seguridad son muy altos. Con todo, por Serra, «la probabilidad de que vuelva a pasar todo eso es casi cero».
Los científicos del IQS han defendido su investigación|búsqueda y han afirmado que esta hipótesis «es la única» que ven «plausible», a pesar de han reconocido que habrá cosas que no se llegarán a saber nunca. «No hemos encontrado testigos|testimonios ni evidencias que lo contradigan», han comentado. Sin embargo, no han aclarado con qué testigos|testimonios han hablado para llegar a todas estas conclusiones. Han evitado dar detalles por|para el secreto de sumario que rodea la investigación judicial. Un juzgado que, paralelamente, ha autorizado IQOXE y la IQS a hacer públicas las conclusiones de la investigación, tal como han sostenido.
No volverán a producir
Con todo, el portavoz de IQOXE y miembro del despacho de abogados Cuatrecasas, Javier Fontcuberta, ha asegurado que la compañía no volverá a producir el MPEG-500 y no se reconstruirá la planta siniestrada. «El resto de unidades de derivados no utilizan esta tecnología», ha informado a Fontcuberta. Sempere ha añadido que IQOXE era el único fabricante de este producto al polígono petroquímico de Tarragona, pero que se elabora en diferentes lugares|sitios del mundo. Ahora, con las conclusiones de la investigación, el IQS y la compañía alertarán al resto de fabricantes para que tengan en cuenta que se comporta de manera diferente de lo que se creía y que puede generar problemas de seguridad hasta ahora no contemplados.
Finalmente, Fontcuberta ha asegurado que IQOXE ha compensado económicamente a los vecinos afectados «que han acreditado daños causados indudablemente por la explosión». Sin embargo, la Asociación de Vecinos de Bonavista ha asegurado este martes que hay residentes del barrio que todavía no han cobrado ninguna indemnización. Fontcuberta lo ha argumentado porque la compañía no lo hace «si no se demuestra una relación de causa-efecto clara» que relacione los desperfectos con la explosión.