La Conca de Barbera, el Pallars Sobirà y La Selva son las tres comarcas más afectadas en el ámbito laboral por la crisis de la covid-19. Según el Índice de Competitividad Comarcal, elaborado por la Federación Empresarial del Gran Penedès (FEGP) y Fomento del Trabajo, más del 20% de los trabajadores de estos territorios han sido despedidos, no se los ha contratado a causa de la pandemia o han sufrido un ERTE. Tal como ha indicadoDavid Moreno, uno de los encargados de elaborar el estudio, las regiones más afectadas tienen «economías muy dependientes del turismo» y un grado elevado de «precariedad». En el otro extremo aparecen las comarcas de La Garrotxa, El Segrià y El Ripollès, donde menos del 6% de los puestos de trabajo se han visto afectados por la crisis.
Cerca de las primeras posiciones también hay el Baix Empordà y el Alt Empordà, que ocupan la cuarta y quinta posición del ranking, respectivamente. Según Moreno, estas comarcas «dependen en gran medida del turismo extranjero». En el caso del Baix Empordà, entorno al 19% de los trabajadores del territorio se ha visto afectado por la crisis, mientras que en el Alt Empordà este porcentaje se acerca al 18%. Por encima de la media de Cataluña –ligeramente superior al 10%- también aparecen otras comarcas como el Maresme, la Vall d'Aran, el Alt Penedès o El Moianès.
Con respecto a las comarcas donde se encuentran las diferentes capitales de comarca, únicamente el Tarragonès se encuentra por encima de la media de Cataluña. En esta región, el informe revela que el 13,5% de los trabajadores se ha visto afectado por un ERTEo bien ha perdido el trabajo. En el Barcelonès y en el Gironès, el porcentaje de trabajadores afectados es del 9% y del 8%, respectivamente, mientras que en el Segrià se sitúa cerca del 4%. Durante la presentación del informe, sin embargo, Moreno ha recordado que los últimos datos para elaborar el estudio se recogieron a finales de mayo, días antes que se decretara el confinamiento en algunos municipios de la comarca. A pesar de todo, Moreno ha destacado que su posición se mantiene sólida a causa de la fuerte presencia del sector alimentario, una actividad que durante la pandemia fue considerada como esencial.