Diari Més
Noemí Llauradó y Joaquim Nin

Presidenta y vicepresidente primera de la Diputación de Tarragona

Sociedad

«En los municipios donde no hay fibra óptica, en 2023, habrá»

Noemí Llauradó y Joaquim Nin hacen balance del primer año de mandato a la presidencia y vicepresidencia de la Diputación respectivamente

Noemí Llauradó y Joaquim Nin en las puertas de la sede de la Diputación de Tarragona.

«En los municipios donde no hay fibra óptica, en el 2023, habrá»Gerard Martí

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Ayer hacía justoun año que la Diputación de Tarragona celebraba su primer pleno de mandato después de que el acuerdo de gobierno entre ERC y Junts per Catalunya permitiera que la republicana Noemí Llauradó se convirtiera en la primera mujer eb ocupar la presidencia del ente intercomarcal. En virtud del pacto de Gobierno, justohace un año el alcalde de Albinyana, Joaquim Nin (JxCat) ocupaba la vicepresidencia primera del ente. Ambos hacen balance de un primer año de mandato que empezó con el objetivo de frenar la desertización. Este continúa intacto, la crisis de la COVID-19, sin embargo, ha puesto en evidencia otros caminos para alcanzarlo.

— ¿Qué balance hacen del pacto de gobierno entre ERC y JxCat al frente de la Diputación?

— (Noemí Llauradó) Somos un gobierno muy cohesionado, que toma decisiones de forma consensuada. A escala personal y humana hemos conectado los dos grupos. Además, con esta situación excepcional que hemos vivido el gobierno ha hecho más piña. Nos hemos estado viendo cada semana dos o tres veces cada semana virtualmente, hemos trabajado en beneficio de los ayuntamientos y la ciudadanía y la valoración es muy positiva.

— (Joaquim Nin) Coincido, hago el mismo balance. Se puede demostrar que las formaciones políticas se pueden entender. Nosotros mismos gobernamos a la Generalitat de Catalunya y a menudo parece que no esté el mismo nivel de colaboración y comprensión que hay a la Diputación. Si asumimos cuáles son los retos y lo hacemos de acuerdo con el diálogo y el entendimiento, los frutos son como los que están siendo: bonos para sus destinatarios.

— ¿Creen que las diferencias cada vez más evidentes entre sus partidos en el gobierno de la Generalitat puede marcar el futuro del pacto político a la Diputación?

— (N. Ll.) Yo creo que no hay tanto distanciamiento como parece en el gobierno de la Generalitat. Otra cosa es que existen ciertas tensiones en el día a día, pero lo cierto es que también están dentro de los mismos partidos. Por otra parte, se tiene que tener en cuenta la autonomía de cada institución y los gobiernos que se han conformado porque todas tienen una idiosincrasia propia. Como dice el vicepresidente, a la Diputación de Tarragona el entendimiento está muy bien trabajado. Trabajamos juntos, pero también con el resto de partidos a la oposición. Todo lo que llevamos a debate se aprueba por unanimidad. Ahora con el plan de choque , también hemos dado la oportunidad en los grupos de hacer sus aportaciones. Creo que estamos bastante blindados a otras afectaciones que pueda haber en otros ámbitos.

— (J. N.) Puedo asegurar que no he tenido ninguna injerencia que no sea la de los alcaldes y concejales del territorio en el sentido de pedir. Tenemos un ámbito territorial al cual nos debemos. A menudo las hacemos políticas en coordinación con la Generalitat u otras diputaciones, pero de aquí alo que pueda suceder en el gobierno catalán influya en la Diputación, ni está ni se le espera.

— La Diputación empezó el mandato con unos objetivos perotuvo que hacer frente a imprevistos, como los aguaceros, la explosión de Iqoxe y ahora la crisis por la COVID-19. ¿Todo ha hecho cambiar los planes previstos?

— (N.Ll.) Pudieron trabajar el plan de mandato. Hicimos encuentros con los alcaldes y alcaldesas de todas las comarcas para que nos hicieran sus aportaciones. Fue muy enriquecedor, sin embargo, nunca nos habríamos imaginado –ni nosotros ni nadie– que pasaría todo el que ha acabado pasando. Hemos intentado gestionarlo todo de la mejor manera posible y, ahora durante el estado de alarma, invertimos todos los esfuerzos. Por encima de todo, la prioridad era asegurar la salud. Teníamos que cerrar nuestros equipamientos, la atención al público, teletrabajar, adquirir los equipos de protección individual, adquirir servicios de desinfección y nos entregamos en lo que es más importante. A partir de aquí ha llegado una crisis social y económica considerable y un replanteamiento de la realidad. Todos hemos reflexionado de lo que es realmente importante y que cosas que igual estaban en un segundo término se tienen que poner ahora en primer término. Como por ejemplo, los cuidados a las personas, los profesionales que tienen personas mayores, abordar la cuestión educativa con todas las dificultades que ha comportado la situación para impartir las clases, el papel que juegan las entidades sociales.... Todas estas cuestiones nos hacen reflexionar hacia donde queremos ir como sociedad y aquí tenemos mucho quedecir como institución supramunicipal. Al fin y al cabo el plan de mandato también lo está recogiendo. Hay cuestiones que ahora hemos tenido que acelerar, como por ejemplo el salto hacia la administración electrónica, hemos ayudado a los ayuntamientos a hacer plenosvirtuales, hemos teletrabajado. Estas cuestiones que ya teníamos previstas, las hemos tenido que acelerar. Había otras cuestiones que ya preveíamos abordar como el despoblamiento en el interior. Con la pandemia quedó claro que muchos municipios, si no tienen la conectividad digital, difícilmente se podían relacionar con el entorno. El plan inicial se mantiene, pero se ha tenido que modular y, de hecho, no será aprobado hasta ahora, muy pronto, este mes de julio.

— De la misma manera, ¿el presupuesto inicial servirá para abordar toda esta nueva situación?

— (J.N.) Heredamos el resultado de una gestión económica que permitía tener un cojín económico, con un remanente que nos permitirá estar a cero endeudamientos cuando acabe el año. Eso nos permite aprovechar dinero y que nos han permitido enviar las ayudas a los ayuntamientos en tres cuestiones básicas. Primero, en temas de salud pública, en todo aquello que hace falta para dotar bien los equipos de protección individual, también en ayudas en temas de cultura y educación, en la digitalización de personas y aulas. Finalmente, también en temas de empleo, emprendeduría y promoción del comercio. Todo, son 8,5 millones de euros, más las ayudas al turismo y a las entidades del tercer sector, 10 millones de euros en el plan de choque que no ha supuesto ningún endeudamiento. Hemos puesto toda la carne en el asador, sin embargo, de cara al futuro, si hay que poner más carne, obviamente iremos a buscarla. Ya aprobamos plan de carreteras y otras inversiones futuras que las haremos con endeudamiento. Por otra parte, tenemos que tener algo muy presente, tenemos que ser prudentes con la sostenibilidad en el tiempo de las aportaciones del Estado. Somos conscientes de que el año 21 y 22 las decisiones pueden ser traumáticas, porque los pocos ingresos que tiene el Estado tendrá un efecto sostenido e impactará en los recursos propios de la Diputación. La Diputación garantiza los 85 millones de euros del Plan de Acción Municipal que enviamos a los ayuntamientos. Este año hay 21 millones de euros por el PALM.

— ¿Piensan desarrollar algún plan para asegurar la conectividad de todos los pueblos?

— (J.N.) Trabajamos en un convenio de colaboración con la Generalitat. El gobierno catalán asegura la conexión en las capitales de comarca y desde la Diputación de Tarragona la facilitaremos por las carreteras por donde tenga que pasar la red. La Generalitat dejará las capitales de comarca conectadas con la red de fibra óptica pública. Los troncales estarán en cada cabeza de comarca, ahora se hace el Vendrell, Montblanc y otros. En paralelo está diseñado como será el despliegue en el resto de municipios. El objetivo es aprovechar estas troncales y las ramificaciones del propio tendido para llegar a todo el mundo en el 2023. En nuestro plan de mandato, la conectividad es un servicio esencial ya. La igualdad de oportunidades en el territorio no es posible sin conectividad. Tener una red pública con la cual se pueda comunicar todo el mundo, es esencial. Estamos comprometidos desde el primer día. La Diputación participó en la firma del Pacto Nacional para la Sociedad Digital. Todas las carreteras que licita el ente ya dejan el tendido de fibra óptica puesta. Será pública y cualquier operadora podrá pagar un canon y la utilizará. El plan de carreteras prevé una parte de canalización de fibra.

— (N.Ll.) Esta demanda de conectividad coge más relevancia en el plan de mandato. Ya se veía que íbamos por aquí y ahora lo hemos acentuado. Estamos también movilizando recursos de la Unión Europea a través de los fondos Feder, con el fin de conseguir recursos para combatir esta situación que también se vive a muchos espacios de Europa.

— ¿Cuáles son los territorios con más dificultades de conexión a Internet?

— (J.N.) No se define por comarcas o territorios sino a partir del mapa sobre la red que ya existe. La Generalitat tendrá una red pública a su servicio y sobre el mapa veremos aquello que falta en cada lugar. Sólo hay que pensar cómo será la asistencia primaria desde el punto de vista de las personas atendidas en casa. A fin de que sea efectiva esta atención hace falta una nueva conectividad. La Generalitat la necesita para sus servicios y también la necesita la Diputación y, a partir de aquí, los operadores privados podrán conectarse. Es un servicio prioritario porque se ha convertido en una necesidad. El objetivo es que la velocidad no sea un problema según el lugar donde vivas. Allí donde antes no había, habrá. En 2023 podemos tener resuelto el acceso a prácticamente todos los municipios que son de nuestro territorio. Vamos compasados con la Generalitat.

— La temporada turística está siendo peor de lo que se esperaba. ¿Cómo piensa actuar la Diputación de Tarragona?

— (N.Ll.) La Semana Santa ha quedado muy tocada. Preveíamos salvar los muebles, pero la situación de los rebrotes lo pone muy complicado todo. Desde la Diputación, hacemos una apuesta clarísima por el turismo, por lo que representa para generar trabajo y, en el plan de reactivación económica, ya depositamos un millón más para el Patronat de Turisme para aumentar campañas de proximidad y difusión y para dirigirnos al turismo de proximidad. Creo que tenemos dos campañas muy potentes y que dejan ver que tenemos destinaciones seguras. El turístico es un sector resiliente con mucha capacidad por reinventarse. Veremos cómo va. Tenemos que ser realistas y encajar que viviremos situaciones complicadas. Tenemos que intentar encontrar fortalezas para reducir el impacto negativo. Se colabora mucho con el Patronat de Turisme y con la Dirección General de Turismo. Aprobamos una moción sobre los corredores seguros, como han hecho las Islas Baleares y seguiremos apostando para demostrar que somos una destinación turística con mucho queofrecer. También ha sido importante que abriera PortAventura, ya que ofrece esta sensación de tranquilidad.

— (J.N.) Está claro que será una de las temporadas turísticas más negras por la pandemia y turoperadores que tenían que venir, no vendrán. La temporada será mala. Somos conscientes. Hemos hecho la apuesta por el turista nacional porque sabemos que es elúnico que tiene posibilidades reales de venir, aunque este turismo no sustituye al extranjero. Será muy complicado, pero tendremos que afrontar la situación hasta que se encuentre una vacuna. Nunca nos habríamos creído lo que ha venido. El turismo está pensado para tomar decisiones en libertad y, hasta que no recuperamos una normalidad –porque vivimos una anormalidad– no disfrutaremos de esta libertad. Por otra parte, salvar el territorio es también responsabilidad individual de cada uno. Si queremos turismo, tenemos que hacer bien las cosas bien.

— ¿Este desbarajuste en plena temporada turística puede afectar también proyectos futuros como el Hard Rock?

— (N.Ll.) Según parece, no ha afectado.

— (J.N.) No creo que afecte a las apuestas, sino los calendarios.

— (N.Ll.) Hay que pensar que esta crisis está limitada en el tiempo, no será una crisis como la anterior que vivimos. Tiene un inicio y tendrá un final con la vacuna. Eso nos tiene que hacer tener un poco de esperanza y hay que interpelar a la responsabilidad individual. Hay otros sectores muy tocados, como el cultural. Lo hemos tenido en cuenta en el plan de reactivación para las empresas culturales, las cuales han visto que su negocio ha desaparecido.

— (J. N.) Conocemos la potencia de la Diputación. Hay que pensar que algunas plantas de cemento no abrieron hasta que no supieron que la Diputación se ponía en marcha. Esta capacidad tractora que tiene la institución la intentaremos poner al servicio del territorio. Estamos dispuestos a endeudarnos, porque no guardaremos los proyectos hasta que haya recursos porque, al final, la reactivación económica la tenemos que hacer todos.

— ¿Temenque, en otoño, y con la problemática social y laboral que se avista tendremos que hacer frente a problemáticas de los municipios donde no han llegado otras administraciones como el gobierno del Estado?

— (J.N.) Queremos dejar claro que son 160 millones de presupuesto, los que tiene la Diputación y, a veces, los estiramos. Hay cosas que no las podemos atender. Quien tiene miles de millones es el Estado y, después los gobiernos de segundo nivel. En el PALMhemos destinado partidas que vayan a gasto corriente y que los municipios las puedan utilizar. También estamos en una lucha para que nos dejen flexibilizar el gasto con el mundo local. Al final, las ayudas europeas acabarán marcando también el dinero que llegará a los ayuntamientos.

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