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La Costa Daurada se reivindica como una destinación segura para seducir al turismo de proximidad

El turismo rural ebrense confía en tener buenaas ocupaciones en agosto para mitigar una campaña «nefasta»

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El sector turístico de la Costa Daurada y las Terres de l'Ebrese centra en los visitantes de Cataluña y del Estado para mejorar la baja ocupación que registran la mayoría de establecimientos, golpeados de lleno por la falta de turistas extranjeros. Ante la incertidumbre, los empresarios reivindican que ahora es el mejor momento para visitar la demarcación, dado que no hay aglomeraciones y se mantiene una incidencia baja de covid-19. Mientras la planta hotelera está a medio gas y tiene ocupaciones del 30%, los campings de la demarcación confían mantener en agosto el 50% de ocupación de julio. En el delta del Ebro, el turismo rural prevé llenar un 90% de las plazas y firmar un buen mes, aunque el sector avisa de que eso sólo maquillará una campaña «nefasta».

Sin visitantes rusos ni británicos, y casi sin franceses, alemanes, ni holandeses, el sector turístico de la Costa Daurada centra el objetivo de este mes de agosto al captar clientes del resto de Cataluña y del Estado -especialmente Aragón, Navarra y el País Vasco-, un mercado que en un año normal supone a la mitad de los turistas que visitan la zona.

Elmomento, según los empresarios, es inmejorable. «Es una destinación segura, el paisaje es espectacular, hay menos gente, sin aglomeraciones y están todos los servicios abiertos», subraya en el ACN el portavoz de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de Tarragona (FEHT), Xavier Guardià.

Durante el mes de julio hubo un goteo de visitantes de proximidad, especialmente durante los fines de semana, pero ahora el llamamiento que les hacen es que se queden a «veranear» durante agosto. El sector hotelero, por ejemplo, ofrece la mitad de camas disponibles y tiene una ocupación del 30%. «Que aprovechen porque eso no lo volverán a ver», apunta a Guardià.

El sector está haciendo un «esfuerzo enorme» para no perder plantillas ni clientela, y para seguir manteniendo el pulso de la destinación, aunque «no hay nadie que esté ganando dinero». La apertura del Segrià y el hecho de que no se esté hablando de lindar Barcelona los tranquiliza y «está animando un poco el mercado», según constata el portavoz de la FEHT.

A pesar de todo, la campaña está marcada por una incertidumbre constante que obliga a las empresas a trabajar a corto plazo. Hasta ahora el sector admite que ha recibido más cancelaciones que reservas, pero confía en que este mes el turista de proximidad -que acostumbra a reservar con poca antelación- se acabe de decidir.

Los campings esperan llegar al 60% de ocupación

El sector del camping también está viviendo un verano «crítico», con unos registros que en julio han rondado, por término medio, el 50%. Con una afluencia testimonial de visitantes extranjeros, en su caso también centran los esfuerzos al cautivar el mercado catalán, que supone un 35% del total, y aragoneses, vascos y navarros, que representan el 15% restante.

El presidente de la Asociación de Campings de la Costa Daurada y Terres de l'Ebre, Joan Antón, subraya que los empresarios han invertido para ofrecer «unas vacaciones seguras en espacios abiertos». 34 campings de la entidad cuentan con el sello de 'Safe Tourism' ('Turismo Seguro') contra la covid-19 en la demarcación, la que tiene más con este distintivo de seguridad a todo el Estado.

«Está siendo una temporada para olvidar, pero se trata de empresas familiares que llevan toda la vida al frente de estos negocios y que lucharán como siempre han hecho para salvarla», valora Antón, quién pone en valor un tipo de oferta que se caracteriza por espacios abiertos, poca concentración de personas y un contacto directo con la naturaleza.

Un buen agosto en el delta del Ebro

«El mes de agosto será bueno, aunque también tenemos cancelaciones y reservas de última hora. Es todo un batiburrillo», admite el portavoz de Aturebre, Juanjo Bel. Las casas de turismo rural del delta del Ebro, sobre todo las que están aisladas y tienen piscina, han sido «la estrella» de las últimos semanas y las que primero se agotaron.

Bel apunta que confían acabar en agosto con una ocupación del 90%, sobre todo gracias a un perfil familiar proveniente de otros puntos de Cataluña. Sin embargo, recuerda que venden de hacer «cero» cajón desde Pascua y durante los meses de mayo y junio. «Un mes de agosto en el completo no compensará una campaña nefasta. El verano será malo», avisa.

Por su parte, la presidenta de la Asociación de Turismo Rural de la Terra Alta, Pilar Miró, también constata que esta está siendo una campaña incierta. «De mucho trabajo y de poco dinero», resume. En la zona de Horta, el turismo extranjero está siendo «testimonial» desde el inicio de la pandemia y el sector no esconde que también da por perdida la temporada.

Miró lamenta que «los mensajes catastrofistas que se han dado de Cataluña y España en el extranjero se han traducido en muchas cancelaciones de turistas ingleses y franceses». Así, la Terra Alta también busca seducir al turista de proximidad con atractivos como los Ports, el turismo activo, el vino y la figura de Picasso.

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