Agricultura
La DOQ Priorat se enfrenta a una vendimia «incierta» por el mildiu y la covid-19
Se prevé una reducción de la cosecha del 40% pero con una uva de mucha calidad
«En el Priorat no teníamos casi nunca problemas con el mildiu, pero este año la incidencia ha sido muy alta, fruto de una lluvia anormal», señala. No sólo por el temporal Gloria, sino por las lluvias de la primavera y las altas temperaturas que ha habido después, que han permitido que el hongo se desarrolle con fuerza. La parte positiva es que la uva que no ha quedado afectada «está preciosa». Así pues, en términos de calidad se prevé una buena cosecha. La producción se situará entre los 4,2 y los 4,5 millones de kilos en el conjunto de las 2.070 hectáreas de viña.
La covid-19, un quebradero de cabeza
Las preocupaciones de los productores este año no se acaban con las cepas. La pandemia ha generado un terremoto en los canales de comercialización. «Hay desazón por lo que pasará con las ventas. La restauración y los grandes encuentros eran el punto máximo del consumo de nuestros productos», reconoce Àlvarez. «Si no hay consumo, no hay ventas; y si hay stock cuesta llegar a final de mes», relaciona. Y a pesar de los vinos del Priorat se venden por todo el mundo, son pequeñas ventas a muchos mercados. «Ahora eso es más complejo porque no se pueden hacer viajes. La empresa familiar no puede ir a buscar clientes y le provoca un cierto aislamiento», lamenta el presidente de la DOQ.
Ante este problema surgiendo en los primeros meses de confinamiento, las empresas familiares agrarias apostaron por el mercado de proximidad y detectaron «que detrás de los vinos tiene que haber mucha presencia de los propietarios». Así, en los últimos meses se han incrementado las visitas enoturísticas a la comarca, especialmente con estancias de dos o tres días. El objetivo es conseguir atraer visitantes del interior del triángulo entre Barcelona, Zaragoza y Valencia. «Vemos que la gente busca conocer Cataluña, y nosotros formamos parte de la Cataluña desconocida. El Priorat está muy preparado» para recibir visitantes, expone. El otoño, la campaña de navidad y la primavera están los momentos que la DOQ tiene marcados en el calendario para explotar esta vía.
Pero la covid-19 también genera dudas en este ámbito. «La incertidumbre viene porque quizás no podremos hacer nada si hay un nuevo confinamiento», indica. De todos modos, afirma que las bodegas han adaptado las visitas a la situación actual, con menos plazas pero con más días disponibles. Por lo tanto, «es más fácil contratar una visita». Al mismo tiempo han detectado que fruto de la inestabilidad los clientes reservan más a última hora.
Con todo, el presidente de la DOQ Priorat tiene una mirada optimista. Considera que «la ruralidad está muy preparada para afrontar las incertidumbres» porque está habituada por el impacto de la meteorología en la agricultura. Y asegura que los productores están ilusionados porque «hace falta reinventarse y encontrar nuevas fórmulas para llegar al cliente final, y eso anima a hacer una buena cosecha y hacer un vino más mejor que nunca».