Sociedad
El rastro de la riada en la Conca de Barberà, un año después a vista de dron
En l'Espluga de Francolí continúan amontonadas los escombros de la bodega y el restaurante engullidos por el temporal
La estructura medieval aguantó la fuerza del agua -otros puentes de la comarca no resistieron-, pero se quedó sin barandillas. Continúa exactamente igual, con unas vallas de hierro para permitir la circulación de peatones. Coches todavía no pueden pasar. En los dosextremosdel puente, viviendas apuntaladas y muros a medio hacer demuestran que todavía hay trabajo porhacer.
El río cogió una gran anchura enla parte baja del municipio y en algunos bajos próximos al puente, en la rotonda de la carretera de Artesa de Segre, todavía se aprecian los daños por la fuerza del agua y la acumulación de barro. Un bar ha bajado la persiana. Estaba delante del colegio, que funciona con plena normalidad, aunque falta porarreglar parte del patio de recreo y la valla exterior.
En l'Espluga de Francolí, donde nace el río, el puente y rotonda de acceso al municipio presentan un aspecto muy mejorado, con los márgenes del Francolí completamente limpios. Todavía se ve maquinaria trabajando el entorno, arreglando puntos estropeados por la erosión. Los escombros del edificio del restaurante y bodega apilados durante todos estos meses testimonian lo que se denominó como «zona cero».
El espacio se ha convertido en un aparcamiento improvisado. Muchos aprovechan la explanada existente al lado de los escombros para aparcar vehículos en un entorno calificado como inundable. Algunos viejos inmuebles destruidos por el agua ya no se arreglarán. Unos metros río arriba, el edificio de un centro de actividades de aventura sigue en obras. En el exterior, donde tenían los circuitos deportivos, permanece un solar inerte.
En las Garrigues uno de los pueblos más afectados fue l'Albi, donde el río de los Gorgs, que siempre bajaba seco, se desbordó de forma muy virulenta y arrasó todo lo que encontraba a su paso. Las calles más próximas al río están limpias y la empresa textil medio hundida, rehecha. Los huertos, que el temporalhabía desdibujado, ya vuelven a tener presencia en el terreno y dan color a vista de pájaro.