Energías Renovables
Municipios del Alt Camp se blindan ante la avalancha de parques eólicos y huertos solares
Puigpelat, con una subestación eléctrica, se convierte en uno de los municipios de mayor interés para las promotoras
«En definitiva, queremos poner orden allí donde tenemos potestad, que es nuestro municipio», declara Blanch. «Nos han llegado propuestas para colocar placas a medio término municipal, no lo podemos hacer deprisa y deprisa, de cualquier manera, hace falta una planificación para ver cómo lo hacemos y como lo distribuimos, hay lugares donde quizás sí se podrían hacer cosas y hay lugares que se tienen que preservar», añade la alcaldesa. Además, en Puigpelat, tienen en mente sacar adelante un proyecto propio para ser municipio autosuficiente. Quieren generar y consumir su propia energía.
Alcover limita las 3 hectáreas
En Alcover, el segundo municipio mayor del Alt Camp, también se aprobó por unanimidad la suspensión de licencias con el fin de bloquear la implantación de instalaciones superiores a las tres hectáreas y también las situadas a menos de un kilómetro de otras instalaciones de producción de energía a partir de fuentes renovables. Estas especificaciones son para garantizar que fincas de campesinos en desuso puedan tener instalaciones y, al mismo tiempo, que a empresas multinacionales no les resulte «goloso» instalarse en el municipio.
«No es ninguna prohibición, es una suspensión temporal; hasta que todo eso no se regule, se tienen que suspender las licencias; tal como marca ahora la ley de Urbanismo, se podrían colocar parques en cualquier lugar de nuestro término, sin tener en cuenta el plan territorial ni las afectaciones en las zonas protegidas -para el PEIN y la Red Naturaleza 2000; y eso no lo podemos permitir; hace falta regular que puedan venir empresas, pero siempre dentro de una racionalización», argumentaba el alcalde Robert Figueras en el último pleno ordinario.
El blindaje en otros municipios
La necesidad de blindarse es compartida entre municipios del territorio tarraconense. Els Garidells, en el Alt Camp, la Secuita, en el Tarragonès, o Santa Coloma de Queralt, en la Conca de Barberà, son otras poblaciones que también modifican su planeamiento con el fin de protegerse ante el masivo interés de energéticas. Hay otros que están trabajando. Los ayuntamientos coinciden en qué no están en contra de las energías alternativas, pero consideran que falta un «posicionamiento claro» y que por eso a los municipios no les queda otra que poner el freno.
Las directrices del DARP: proteger los espacios de interés agrológico
Desde el Departamento de Agricultura, Ganadería y Pesca se hace valer el sistema de clases de capacidades agrológicas para preservar los cultivos de mayor valor -por alta productividad o singularidad del producto- y prohibir la creación de parques. Así, los incluidos en la categoría 1 y 2 quedan protegidos por su alto interés agrológico. Representan un 30% de la superficie cultivada del país. En las subclases 3 y 4, la implantación de renovables queda limitada en superficie -diferenciando entre secano o regadío. De la categoría 5 a la 8, no hay ninguna limitación.
Este mapa sobre la morfología del suelo se convierte en un instrumento de regulación, más allá de los criterios paisajísticos del Departamento de Territorio y Sostenibilidad, cerca el nuevo decreto de renovables aprobado el noviembre pasado. «A menudo los terrenos que más sirven para la agricultura también son los que despiertan mayor interés entre las promotoras para instalar placas solares porque son sencillos y bien ubicados; hay que proteger los cultivos catalanes y con el covid-19 eso se ha hecho más evidente que nunca,» concluye el director territorial, Àngel Xifré.