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Cruz Roja Tarragona: «Cada vez más personas nos venden a pedir ayuda»

La organización humanitaria reparte comer además de 67.000 personas de la demarcación desde el inicio de la pandemia

Dos voluntaris de Creu Roja Tarragona omplint el carro d'aliments per una persona en situació de vulnerabilitat

Cruz Roja Tarragona: «Cada vez más personas nos venden a pedir ayuda»ACN

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La Cruz Roja Tarragona alerta que la emergencia social causada por la covid-19 cada vez es más grande. Desde la organización humanitaria advierten que se incrementa el número de personas que les pide ayuda y que una vez se entra en situación de vulnerabilidad es muy difícil salir.

Desde el inicio de la pandemia ya han repartido alimentos o tarjetas monedero para los supermercados a 67.193 usuarios de toda la demarcación. La coordinadora provincial de la entidad, Anna Sabaté, asegura aACN que el colectivo que más les preocupa ahora mismo es las personas mayores, ya que por diferentes razones pueden tener dificultades para acceder a productos de primera necesidad, como comida o medicamentos.

El volumen de peticiones de ayuda que ha tenido la entidad no ha cesado desde marzo, por lo cual la Cruz Roja no habla de una segunda oleada. Incluso en verano, cuando el impacto médico de la pandemia remitió, las solicitudes no disminuyeron. «Nuestro nivel de urgencia es lo mismo», reconoce Sabaté en referencia al alto grado de vulnerabilidad de los usuarios. Especialmente se les han disparado las peticiones de alimentos y de medicamentos. Desde el inicio de la pandemia, a la demarcación han hecho unas 130.000 intervenciones, que incluyen reparto de productos, visitas a domicilios o facilitar información relacionada con la pandemia, entre otros.

La caída de la economía por la crisis tuvo un impacto inmediato a nivel social. Gente que no pudo acceder a un ERTO o que se ha quedado sin subsidios ha visto cómo su situación ha empeorado y ha tenido que recurrir a entidades del tercer sector. Últimamente, a la Cruz Roja han recibido muchas peticiones de «personas que trabajaban al sector servicios y a la hostelería de municipios de la costa».

Todo por la caída del turismo en verano, que ha hecho que muchos establecimientos no hayan abierto o lo hayan hecho a un ritmo inferior al de otros años. También les han llegado «autónomos que tenían un negocio próspero y que no se podían esperar que en 24 horas la situación cambiara». Son unos perfiles en los cuales «los ha sorprendido encontrarse en esta situación», comenta la responsable de la organización.

Más dificultades para las personas mayores

Las personas mayores son ahora mismo uno de los colectivos más vulnerables. Un factor que está complicando la tarea de la Cruz Roja con este grupo es el confinamiento, tanto lo que tienen que hacer los enfermos de covid-19 como el municipal de los fines de semana. Especialmente afecta a las personas mayores porque «por su edad o por razones de salud se tienen que quedar en casa» y no pueden ir a comprar. Las restricciones de movilidad son un problema añadido, ya que si una vez por semana podían contar con el apoyo de familiares que viven en otros municipios, ahora tienen dificultades para acercarse. «Todo eso nos obliga a llevarles la ayuda básica a domicilio, hemos pasado a ser su red de apoyo», apunta Sabaté.

Las dificultades que tienen las personas de la tercera edad con la tecnología tampoco ayuda. A través del servicio de teleasistencia detectamos a muchas personas que tienen síntomas de coronavirus y que no saben gestionarlo, porque llaman al CAPy no les cogen el teléfono, o bien no se pueden desplazar o nadie las puede acompañar. Y si lo tienen que resolver telemáticamente, quedan fuera del sistema», observa. Sabaté pone en valor este servicio, a través del cual identifican «situaciones que no detecta a nadie más».

Otro elemento vinculado a la tecnología, y que representa un gran problema para varias personas, es la solicitud del Ingreso Mínimo Vital (IMV). «Muchos usuarios de Cruz Roja tienen derecho, pero su tramitación es extremadamente compleja y además es telemática», apunta. Por lo tanto, la tarea de acompañamiento que hacen desde la organización es esencial a fin de que puedan recibir la prestación. «Es una parte muy importante de nuestro trabajo y que se desconoce», valora a la coordinadora provincial.

Para llevar a cabo todos los proyectos la Cruz Roja cuenta con el apoyo del voluntariado, formado por 2.050 miembros. Una cifra que se ha incrementado en los últimos meses. Sólo durante el primer confinamiento sumaron 450 nuevos ayudantes, principalmente estudiantes que no iban presencialmente a la universidad o empleados que hacían teletrabajo y se pudieron organizar mejor el trabajo.

Pero las dificultades por llegar a todo el mundo que lo necesita requiere más organización interna. «No podemos abrir las sedes para que entre todo el mundo. Hay un trabajo de redistribuir a nuestras personas que es complejo. Necesitamos más manos, pero hace falta que entiendan que a veces tienen que estar en la retaguardia esperando ser activados», indica Sabaté. Con todo, agradece la tarea desinteresada de miles de personas que tienen muchas ganas de echar una mano y ponerse a primera línea, pero apunta que no pueden ofrecer «lugares de acción voluntaria masivamente porque sería contraproducente».

Albergues y PCR en las escuelas

Uno de los proyectos que más visibilidad ha dado a la Cruz Roja en los últimos meses ha sido la gestión de albergues para personas sin techo, como lo que se habilitó en el pabellón del Serrallo de Tarragona durante el primer confinamiento, o lo que se ha puesto recientemente en marcha en el Palau Firal y Congressos de la ciudad. Sabaté recuerda que los sensesostre son un colectivo con el cual trabajan durante todo el año, tanto a pie de calle como desde su sede, donde tienen, un espacio en el cual pueden ducharse, lavar la ropa y recibir comida caliente.

Para la coordinadora la experiencia del pabellón del Serrallo fue muy positiva, ya que «parecía imposible que durante tres meses, 50 personas sin techo pudieran convivir en un espacio». «Tuvimos los incidentes mínimos y nosotros hemos aprendido mucho de estas personas», añade.

Otro proyecto en el cual han estado trabajando en el último mes y medio es el de hacer tests PCR enlas escuelas. Se trata de un encargo del Departamento de Salut para dar apoyo a los cribados de los centros escolares. La entidad tiene dos equipos, uno en el Campde Tarragona y el otro en las Terres de l'Ebreque permiten «descongestionar los CAP y que se puedan dedicar a prestar las atenciones que les corresponden». De momento, ya han hecho más de 9.000 tests en 90 escuelas.

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