Una fábrica de embutidos artesanos de Alforja se hace un sitio en los grandes supermercados
La empresa familiar Bon Drià, con más de cien años de vida, se moderniza con una línea de producción con etiqueta propia
Con raíces alemanas, Uwe y sus dos hermanos dirigen la fábrica Bon Drià. Es una empresa familiar que empezó en Alforja como una tienda de carne de cerdo con obrador que abrió su bisabuela en la plaza del Mercadal. El negocio fue creciendo con la adquisición de una cámara frigorífica y en los años 70 se expandió con una fábrica, dentro del pueblo. Disponen de una finca de 1.000 metros cuadrados en una calle empinada donde sus furgonetas se las tienen que ingeniar para poder aparcar y cargar género. Trabajan catorce personas.
«Al desaparecer el productor pequeño, nosotros apostamos por seguir haciendo el mismo producto, con la misma tradición que daba el charcutero de antes, y captamos a la clientela que busca este tipo de producto», dice Uwe. Los propietarios de la fábrica, que se abastecen de carne proveniente de mataderos catalanes, destacan que la tradición es su rasgo diferencial. «La misma longaniza que encontramos hoy tiene el mismo sabor de la dehace treinta años atrás», asegura. El 90% de sus productos se venden en el Baix Camp, y el resto se distribuye entre Barcelona y Sant Cugat.
Las ventas por la web, hoy por hoy, son mínimas. «Trabajamos mucho el boca a boca y en la zona de Tarragona somos muy conocidos», añade. Hacerse un sitio en los distribuidores de supermercados podría incrementarles las ventas un 20% o 30%. Pero tampoco quieren estar ligados de manos y pies. «No nos interesa cambiar nuestra manera de hacer, preferimos dar una calidad y seguir dando el mismo servicio a nuestros clientes que emborracharnos de éxito por una cadena de distribución que después te mantenga esclavizado, esta es nuestra filosofía», concluye.