La expareja de Driss Oukabir: «Vivía de mí, yo tenía que estar en casa, hacer la comida y mantenerlo»
Los conocidos describen a un hombre que iba de fiesta, bebía y no estaba radicalizado
La expareja ha explicado que después de convivir cinco años con Driss cada uno hacía su vida, tenían una relación «muy difícil» y de hecho ha dicho que a él le habían dictado una orden de alejamiento por unos hechos que habían pasado meses antes del atentado. Cuando Driss fue a Tánger, donde le dijo que tenía un tio, ella le pagó el viaje de vuelta.
A finales de julio hablaron por Whatsapp y ella le envió una foto con un pañuelo en la cabeza. Ha explicado que se lo puso para gustar a Driss, no porque laobligara. Él le respondió que le quedaba bien. «Nunca me dijo que me pusiera el velo, nunca», ha asegurado.
Ha dicho que no recordaba algunos detalles de conversaciones que declaró en su día. Por ejemplo había dicho que la familia de Driss «no mostraba tristeza» después de los atentados o que Driss le había dicho que era el imán que «lo había liado» y que sabía alguna cosa pero se había echado atrás.
En varias ocasiones el juez, Félix Alfonso Guevara, ha pedido que se diferenciara el islam del yihadismocuando se hablaba de elementos que se podrían atribuir a la práctica religiosa o de las costumbres culturales y no tenían que ver con un proceso de radicalización.
Los diversos conocidos del equipo de fútbol de Ripoll o de salir de fiesta, y también algunos familiares, han confirmado esta versión. Su primo, Sabur, ha dicho que no vio nunca a Driss en la mezquita, que sacaba a pasear el perro y que era infiel a su pareja. También ha dicho que no observó ningún cambio en su comportamiento.