El juicio del 17-A en la Audiencia Nacional se detiene por Navidad y continuará a partir del 11 de enero
Todavía no se ha acabado la fase pericial y faltará la documental y los informes finales
El juicio empezó con la declaración de los tres acusados, ninguno de él autor material de los atentados, pero acusados de pertenecer a la célula de Ripoll en los casos de Mohamed Houli, herido en Alcanar, y Driss Oukabir, hermano de uno de los terroristas abatidos en Cambrils. El tercer acusado, Said Ben Iazza, está procesado por colaboración.
Mohamed Houli se negó a declarar y sólo mostró arrepentimiento y remarcó que siempre que se le había pedido había declarado. Driss Oukabir se desvinculó de la célula, aseguró que no conocía sus planes y remarcó que su estilo de vida -con consumo de drogas y alcohol- se aleja de los preceptos musulmanes. Said Ben Iazza también dijo que no sabía que querían su vehículo para transportar explosivos.
La fiscalía les pide penas de entre 8 y 41 años de prisión. En cambio, acusaciones de víctimas -como la Asociación 11M, UAVAT, el Ayuntamiento de Cambrils o el sindicato de Mossos USPAC- acusan por asesinato y piden penas de prisión permanente revisable. El Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat no acusan por asesinato. En la fase final del juicio las partes podrán modificar las conclusiones y las peticiones de penas si lo creen necesario.
Entre los testigos, víctimas directas del atropello en la Rambla y familiares de algunas de las 16 víctimas mortales, como Javier Martínez, el padre del niño de tres años asesinado en la Rambla. También testificaron los agentes de los Mossos d'Esquadra que abatieron a los terroristas en Subirats y Cambrils, que relataron las secuelas psicológicas y que no han sido reconocidos como víctimas.
Han pasado por la Audiencia Nacional un testigo protegido que sitúa Driss Oukabir en la casa de Alcanar o amigos de los terroristas y vecinos de Ripoll. Uno de ellos explicó que el segundo principal acusado le había enseñado vídeos de decapitaciones. Conocidos de los terroristas y trabajadores de tiendas de precursores de explosivos relataron las excusas con que trataron de alquilarles coches o comprar material, que adquirieron con facilidad.
Los peritos han explicado el contenido de informes sobre los objetos utilizados a los atentados, como los cinturones explosivos falsos o los pañuelos rojos que evidenciaban la determinación de morir matando, o los dispositivos digitales con búsquedasde objetivos para atentar o vídeos yihadistas.
El análisis del móvil de Driss Oukabir ha evidenciado las «medidas de seguridad» que tomaba y que lo desconectó varias temporadas durante el verano de 2017 para evitar ser localizado, segundos Mossos y Guardia Civil. Con el análisis de los dispositivos también se ha podido comprobar el progresivo proceso de radicalización de los autores de los atentados.
Vídeos inéditos
Un elemento destacado del juicio han sido los vídeos que se han emitido de los terroristas. El primer día se visualizó un vídeo, grabado por Houli, de tres de los miembros de la célula fabricandoexplosivos enAlcanar. Un perito de los Mossos explicó más adelante que creían que la célula pensaba enviarlo a Daesh para reivindicar el atentado que planificaban. También se han visto imágenes del atropello enla Rambla, de la huida del autor material del atropello Younes Abouyaaqoub, o de los terroristas de camino a París.
Incógnitas sobre el imán
Una de las figuras que han generado incógnitas durante la vista oral ha sido la de Abdelbaki Es-Satty. La acusación particular de los padres del niño de tres años que murió en la Rambla, Xavi Martínez, ha cuestionado que muriera en Alcanar y las pruebas de ADN hechas. También se han planteado interrogantes sobre la explosión del chalet con dos testigos que afirmaron que habían visto un vehículo poco antes de la deflagración dirigiéndose hacia la casa y una furgoneta marchándose del lugar de los hechos minutos después.
El testigo de dos conversos con quien tuvo relación en el 2014 después de salir de la prisión de Castellón evidenció que Es-Satty ya pensaba en atentar entonces. Tampoco se ha aclarado el vínculo del imán con los servicios secretos españoles, el CNI, pero se ha pasado por encima con algunas declaraciones como la del responsable de la mezquita belga donde trabajó Es-Satty que explicó que lo oyó hablar por teléfono y el imán le dijo que hablaba con los servicios secretos españoles.