Artesanía
El Museo del Vidrio de Vimbodí busca nuevo maestro artesano
Paco Ramos se jubila después de 23 años haciendo demostraciones de vidrio soplado y el Ayuntamiento mueve ficha para encontrar un relevo
En un museo donde se han llegado a recibir hasta 20.000 visitantes el año, este año la covid-19 ha frenado las visitas, pero no la producción. La pieza estrella que más veces ha elaborado Paco Ramos son las aceiteras matrimonio -ha llegado a hacer una decena de variedades-, si bien la más compleja asegura que es la almarraja. Después de 23 años de trabajo, en mayo se jubilará y el museo se quedará sin su maestro artesano de referencia. Ramos defiende la entrada de nuevos vidrieros.
De hecho, ya hace un tiempo que el taller acoge vidrieros externos que alquilan el espacio para llevar a cabo sus obras, una salida que ayuda a hacer el museo más sostenible. Han hecho estancia desde un joven vidriero que ha elaborado piezas para distribuir en Alemania, a maestros emergentes como el valenciano Rafa Abdon. Son algunos de las jóvenes promesas del vidrio que han pasado por el museo. «Hace falta que venga gente de fuera más joven, y no es la opción más válida, es la única», sentencia Ramos.
El museo, situado dentro del pueblo, se compone de dos ámbitos: una exposición permanente enla primera planta y un taller, moderno y preparado, en la planta baja, donde se hacen las demostraciones. El taller renovó las instalaciones, ahora hace un par de años, con un nuevo horno eléctrico de fusión que sustituía el anterior de gas, así como unas arcas donde se enfrían lentamente las piezas, y se reordenó todo el espacio. Fue la primera gran intervención desde que abrió el museo el año 1993.
Reinventar el museo y abrirlo al diseño
El Ayuntamiento de Vimbodí ahora está evaluando como encarar el futuro de este singular equipamiento. Entre las salidas que se tienen en mente, se contempla traspasar la plaza ya existente a un nuevo vidriero. «Tampoco descartamos la posibilidad de conceder el taller a un joven artesano que pueda ocuparse del espacio y explote la producción de piezas de vidrio de toda la vida, y al mismo tiempo abrir el museo al diseño propio y atender encargos exclusivos», apunta el alcalde Joan Canela.
El alcalde califica el museo como el «eje» y uno de los polos de atracción turística de la zona, junto con espacios de interés muy visitados, como el monasterio de Poblet, el castillo de Milmanda, las legendarias viñas de donde Torres produce vino, y todo el paraje de las Montañas de Prades. «Necesitamos que el museo sea una potencia que nos aporte gente hacia el pueblo, y con el nuevo vidriero lo potenciaremos todavía más, con una nueva forma de trabajar el vidrio», añade.
Así, el planteamiento es poder asumir encargos específicos a demanda sin, sin embargo, dejar de elaborar las piezas más tradicionales que se hacían en esta región a principios de siglo. «Tenemos que tener claro hacia dónde tiraremos en un mes: si mantenemos la plaza de vidriero o concedemos el espacio a algún joven emergente con las ideas abiertas a hacer diseño propio; por ejemplo, Abdon es vidriero de renombre que no tiene taller propio», menciona el alcalde, que afirma tener ya algunos contactos.
El Ayuntamiento quiere aprovechar el inminente relevo, de cara a la primavera, para dar otro «aire» al museo y atribuir una nueva «visión» del vidrio, siempre reconociendo la gran tarea hecha por Ramos, en«contribuir a dar a conocer Vimbodí como villa vidriera». Paco Ramos, con 63 años de edad y una extensa trayectoria en el arte del vidrio , es miembro fundador de la Associació Catalana de les Arts de Vidre (ACAV) y ordenado maestro artesano vidriero en el 2008.