Medio Ambiente
Malestar en el Alt Camp por la proximidad de un parque eólico proyectado en el municipio de Pontons
Seis de los nueve aerogeneradores de 200 metros de altura se situarían junto a urbanizaciones de Querol y de Aiguamúrcia
La instalación constaría de nueve aerogeneradores con una potencia total instalada de 49,5 MW y aerogeneradores con una altura de boixa de 118 metros y un diámetro de rotor de 163 metros, con lo que la punta de altura máxima sería de 199,5 metros. Se ubicarían en el oeste del término de Pontons, en las zonas de la Montaña de Ferreres, el Puig Jugador, las Planes de Ferreres, el Collet de Mas Fonoll, el Puig de Mas Fonoll y las proximidades de la Colinade Sant Joan.
La subestación se ubicaría también dentro de este municipio del Alt Penedès y la línea de evacuación recorrería otros municipios de la comarca como Torrelles de Foix, Sant Martí Sarroca, Pacs del Penedès, Vilafranca del Penedès y Olèrdola. Todo, comportaría una inversión por contrato del parque eólico de casi 68 millones de euros (MEUR), tal como hizo público recientemente el colectivo ecologista Bosc Verd.
Los municipios vecinos quieren frenar el proyecto
La propuesta ha causado malestar en los municipios vecinos del Alt Camp. «La sorpresa fue ver que dos de los nueve molinos irían situados más o menos sobre la urbanización de Mas Gassons, en el municipio de Querol, y cuatro más muy cerca, mirando hacia el Pla de Manlleu», lamenta aACN el alcalde de Querol, Jordi Pijoan.
El Ayuntamiento de Querol subraya que el parque eólico quedaría situado en el término municipal de Pontons pero lejos de sus núcleos de población, de manera que los ingresos que recibiría este consistorio «se traducirían en más servicios para sus vecinos y pocas molestias». En cambio, los molinos situados al límite municipal tendrían «un gran impacto» sobre Mas Gassons, Valldossera y Bonany -en Querol- y sobre el Pla de Manlleu -en Aiguamúrcia.
«Creemos que las energías renovables son el futuro pero hace falta una planificación y no hipotecar ciertas zonas para beneficiar a otras», defiende el alcalde de Querol, Jordi Pijoan. Por eso, el Ayuntamiento ha pedido ser parte interesada en este proceso y ya ha planteado a la Ponencia Ambiental varias cuestiones previas con la confianza en que, finalmente, el proyecto quede rechazado.
El Ayuntamiento de Querol advierte que uno de los molinos quedaría a 600 metros de Mas Gassons, una zona que está en proceso de redacción del proyecto de urbanización y que el impacto de los molinos podría comprometer la viabilidad. El consistorio añade también que el parque provocará «un fuerte impacto visual» que puede devaluar la zona de la ermita de Valldossera y los núcleos de Bonany, la urbanización Ranxos de Bonany, la de Can Llenas yMas Vermell.
Al mismo tiempo, el consistorio subraya que los planes territoriales protegen estas montañas «como espacios de protección especial porsu interés natural y agrario, como espacios conectores y como suelo de protección especial». Además, recuerda que el parque eólico está rodeado de espacios XarxaNatura2.000 y Espacios de Interés Natural (PEIN), y que forma parte del corredor biológico entre las Sierras de Ancosa, el Montmell y el Alt Gaià.
El Ayuntamiento de Querol apunta que el Penedès y estas sierras son hábitat y acogen acciones de conservación del águila perdicera «incompatibles con este tipo de proyectos». Al mismo tiempo, pone en valor que en la zona se potencian marcas vitivinícolas como la de +500, las cuales «además de vino, promocionan el paisaje y el interés del turismo de naturaleza». Por todo ello, Pijoan adelanta que si el proyecto pasa el primer trámite de la Ponencia Ambiental, el Ayuntamiento presentará «las consecuentes alegaciones para preservar los intereses de los vecinos».
En paralelo, los propietarios de la urbanización Mas Gassons denuncian que los molinos serían 50 metros más altos que la torre Glòries de Barcelona -conocida como torre Agbar-, y que se verían y sentirían desde todas las casas de la zona. En un díptico informativo, advierten que supondría «un grave problema de salud a corto y medio plazo y la degradación del hábitat humano existente». Los residentes temen que el lugar acabe abandonado y que eso allane el camino a la instalación de muchos más aerogeneradores.