Energía solar
Proyectan dos plantas fotovoltaicas que sumarian más de 100 hectáreas en Constantí
Las propuestas pasan el primer filtro de la ponencia ambiental pero quedan sujetas a exigentes condiciones
La ponencia concluye que no existen elementos determinantes que, ya de inicio, se consideren insalvables o desaconsejen la ubicación de la planta, pero condiciona el proyecto a los reajustes necesarios de acuerdo con varios requisitos sobre el patrimonio cultural y agrario, y a la justificación del cumplimiento del planeamiento territorial.
Las capacidades agrícolas de estos terrenos son mayoritariamente de clase III e IV pero una cuarta parte se encuentra sobre suelo con capacidad agraria de clase II –donde Agricultura no prevé que puedan instalarse estas actividades. Sin embargo, el promotor argumenta que gran parte de estas fincas están abandonadas. La ponencia apunta que habrá que hacer estudios específicos para contrastar esta clasificación y tomar medidas que compensen la capacidad de producción agraria.
En el periodo de consultas, el Ayuntamiento de Constantí ha informado favorablemente el emplazamiento propuesto desde el punto de vista urbanístico y municipal. Por el contrario, el servicio territorial de Urbanismo sostiene que contraviene el Plan territorial parcial del Campde Tarragona porque define este lugar como terreno de suelo de protección preventiva y como «área especializada de extensión». El Servicio de Arqueología y Paleontología del Departamentde Cultura también lo ve inviable porque tiene afectación directa sobre yacimientos arqueológicos inventariados.
La Unió de Pagesos también se opone porque el proyecto establece una valoración del interés agrario de estos suelos y de su afectación y no ha presentado alternativas de localización que no afecten fincas cultivadas. El sindicato agrario insiste en que hay que apostar por ubicar las placas en los tejados de edificaciones existentes o en suelo urbanizable o terrenos de poco valor natural.
En su informe, la Diputacióde Tarragona se inclina porestudiar la posibilidad de situar la actividad en suelo urbano industrial o suelo urbanizable. Avisa de también que la orientación de los paneles solares, con respecto a la proximidad al aeropuerto de Reus, puede incidir en los reflejos de las luces de los paneles respecto del tráfico de despegue y aterrizaje de los aviones.
La Ponencia constata que el proyecto se encaja en una zona de cultivos, infraestructuras de transporte y polígonos donde la vegetación natural ocupa muy poco espacio, y que es importante establecer una serie de medidas necesarias para proteger estos hábitats y evitar su desaparición. Así, apuesta por estudiar la manera en que estos hábitats pueden quedar afectados para evitar las posibles alteraciones y proponer medidas compensatorias.
En concreto, pide hacer inventarios de fauna actualizados para determinar las poblaciones de murciélagos de pies grandes que existen antes de la implantación del proyecto y el impacto real de la instalación en estos hábitats. Este tipo de murciélago está en peligro de extinción.
Aunque la zona cuenta con una conectividad ecológica muy baja, la ponencia subraya que dado que se trata de una actividad que ocupará grandes extensiones de terreno hace falta evaluarla detalladamente y proponer medidas correctoras. Recuerda también que existen otros parques solares en trámite actualmente en el ámbito del Tarragonès «que está provocando una acumulación significativa de proyectos».
El órgano evaluador también avisa de que la valla perimetral se tendría que adaptar a una permeabilidad que permita el paso de la fauna silvestre y que habría que minimizar el efecto barrera para no romper la conectividad ecológica.
Otro parque solar en el norte del polígono de Constantí
El organismo ha adoptado una resolución muy similar respecto el parque Constantí 38, en el norte del polígono industrial del municipio. Iosa Green Energy SL propone un proyecto mixto de explotación agrícola y explotación energética en un ámbito de 39 hectáreas ocupadas por un cultivo intensivo de olivos. De esta zona, 18 hectáreas estarían ocupadas por 28.000 placas solares con una potencia de 14,5 MW y, el resto, por la actividad agraria.
La línea de evacuación haría cinco kilómetros y transcurriría por los términos de Constantí y Tarragona hasta la subestación La Selva del Camp. Con 30 años mínimo de explotación, la previsión sería iniciar las obras en febrero del próximo año y poner el parque en marcha en septiembre de 2022.
En el trámite de consultas, la Unió de Pagesos indica que afecta parcelas dedicadas a cultivos leñosos y herbáceos de secano y de regadío e informa desfavorablemente sobre el proyecto basándose en el hecho que los documentos presentados, a pesar de hacer referencia a la clasificación de la capacidad agrológica del suelos, no han establecido una valoración del interés agrario de estos suelos y de su afectación y no han presentado alternativas de localización que no afecten fincas cultivadas.
El servicio territorial de Urbanismo de Tarragona concluye que si bien la propuesta de parque solar fotovoltaico no contraviene el contenido del Plan territorial parcial del Campde Tarragona ya que se emplaza en suelos de protección preventiva y por lo tanto representa una ubicación adecuada, hay que considerar la posibilidad de optar por otras alternativas de ubicación que no afecten al valor productivo agrario y la continuidad del mosaico agrícola.
El Departamentd'Agricultura desaconseja el emplazamiento propuesto porque se considera que el ámbito afecta a un espacio de interés agrario elevado, a la vez que el proyecto no ha presentado ninguna alternativa de localización diferentes de la propia finca. El Departamentapunta que habría que considerar la posibilidad de optar otras alternativas de ubicación que no afecten al medio agrario.
Como en el caso del otro proyecto, la ponencia concluye que no existen elementos determinantes que, ya de inicio, se consideren insalvables o desaconsejen la ubicación de la planta solar fotovoltaica, pero requiere el cumplimiento de varias condiciones. Entre otros, apunta que habrá que adaptar la dimensión de la actuación en el modelo parcelario y estructura del paisaje predominante en el entorno y que hará falta un programa de medidas compensatorias.
En términos generales, señala que hay que respetar al máximo posible la vegetación limítrofe paralela a las rieras y los márgenes y bordes de los campos con vegetación natural por su importancia para la biodiversidad. Exige un estudio detallado de la fauna existente -no una recopilación de datos bibliográficos-, detallando impactos previstos y medidas preventivas, correctoras y compensatorias, así como un programa de vigilancia y seguimiento faunístico en fase de obra y funcionamiento.
La ponencia también cuestiona la necesidad de instalar una valla perimetral y adelanta que la promotora tendrá que presentar un Estudio de Impacto e Integración paisajística. Además, tendrá que valorar la pérdida de superficie de regadío que comportaría la ejecución de las obras, presentar un informe edafológico sobre la categoría del suelo y unanálisis de afectaciones.
Un tercer parque de 17,5 hectáreas ya aprobado y dos más en evaluación
El julio pasado la ponencia de energías renovables de la Generalitat ya dio el visto bueno en una planta fotovoltaica de casi 17,5 hectáreas en el polígono industrial de Constantí. El proyecto denominado 'Constantí 42' lo promueve la empresa Iosa Green Energy y prevé una potencia de 14,52 megavatios (MW). Hace meses también avaló una planta promovida por PortAventura en su recinto.
En la comarca del Tarragonès actualmente quedan dos proyectos pendientes de evaluación por parte de la ponencia. Unse llama Jardin Tarraco y lo promueve la empresa Ocean Chester Solar. También se ubicaría en Constantí, constaría de una potencia de 10 MW y ocuparía 30,21 hectáreas. El otro se situaría en el municipio de Vila-seca. Está promovido por WATT Energia SL en un ámbito de 9,72 hectáreas y tendría una potencia de 3,96 MW.
Por otra parte, la ponencia ha considerado no viables otros proyectos de dimensiones importantes. Dos en la Secuita de 50 y 53,4 hectáreas, respectivamente; uno en el Catllar de 58,7 hectáreas, y una de 73,8 hectáreas a caballo entre los municipios de Vallmoll, la Secuita y els Garidells.