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Los cazadores tarraconenses alertan de poca seguridad al campo por una mayor afluencia de gente los fines de semana

Els pagesos piden más batidas de jabalíes y conejos para disminuir los daños en los cultivos

Un cazador que ha participado en la batida para cazar jabalíes en Vallmoll.

Los cazadores tarraconenses alertan de poca seguridad al campo por una mayor afluencia de gente los fines de semana

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Los cazadores del Campde Tarragona alertan de conflictos de seguridad al campo por el incremento de personas que salen a pasear o a hacer rutas en bicicleta y con quads a raíz de las restricciones de movilidad impuestas por la covid-19. El presidente de la Federación Catalana de Caza de Tarragona, Joaquim Vidal, lamenta a la ACN que cada vez hay más senderos abiertos para la gente y que eso les complica las batidas los fines de semana. Cada año se cazan 4.500 ejemplares de jabalíes en las comarcas tarraconenses y unos 65.000 por toda Cataluña. Con todo, la Unió de Pagesos reclama más batidas para parar la proliferación de jabalíes y conejos, que provocan graves daños en los cultivos.

Este sábado, un grupo de 40 cazadores ha organizado una batida para cazar jabalíes en el término municipal de Vallmoll (Alt Camp). Desde primera hora de la mañana, se han organizado para repartirse en torno al barranco del municipio y han dejado los perros en dos líneas para que peinen esta zona. Los cazadores han abatido ocho ejemplares, cuatro hembras y cuatro machos, y la caza se ha hecho sin ningún incidente.

A pesar de eso, los cazadores denuncian que la afluencia de personas a las montañas, bosques y fincas privadas, ha crecido muchísimo los últimos meses a causa de las restricciones derivadas de la pandemia. Eso, según ellos, provoca situaciones conflictivas, ya que, aseguran, que algunas de estas personas no respetan los avisos ni la señalización que indica que se encuentran en una zona de batida.

La situación más conflictiva es cuando la gente no nos hace caso; nadie quiere que haya accidentes, seamos respetuosos los unos con los otros», pide Vidal. El presidente de la federación territorial lamenta que la gente abandone los caminos públicos o de uso particular y haga senderos por todas partes. «Nosotros estamos además de 25-30 metros de los caminos y en dirección al bosque, pedimos a la ciudadanía que nos respeten», insiste.

Comparte preocupación, José Pérez, cap de colla del Grupo el Jabalí el Tarragonès, quién se queja de que la ciudadanía no respeta la propiedad privada. «Es un peligro muy grande, no estamos tranquilos, si les dices que estás haciendo una batida y que ellos no pueden entrar, porque nosotros tenemos los permisos, nos dicen que la montaña es de todos; la montaña no es de todos sino que tiene una propiedad», defiende al cazador.

El sábado pasado, un cazador mató accidentalmente a un hombre que recogía piñas en Santa Maria de Martorelles (Vallès Oriental) durante una batida de jabalíes. El mismo sábado, también resultó herido un ciclista por un tiro en la pierna de un cazador, cuando este circulaba de Massanes (Selva) a Río Clar. «Desgraciadamente el fin de semana pasado tuvimos dos accidentes, uno con un muerto por desgracia; nosotros extremamos todas las medidas de seguridad, de hecho la caza es muy segura», observación Vidal.

Con todo, los cazadores defienden que hacen una tarea muy importante porque regulan las superpoblaciones de la fauna cinegética. «Reivindicamos un respeto que hasta ahora no tenemos los cazadores, porque la mayoría somos cazadores y protectores de la naturaleza; con nuestra tarea protegemos todas las especies tanto las de aprovechamiento cinegético como las que no lo son», opina el presidente de la Societat de Caçadors del Terreblanch, Roger Broceño.

Más jabalíes en la zona de la costa tarraconense

En Cataluña se calcula que hay una población de unos 120.000 jabalíes que se ha visto incrementados durante los meses de confinamiento. Desde la primavera pasada la presión cinegética también se ha notado en las poblaciones de conejos, corzos y la cabra del Port, según constatan los cazadores y pagesos tarraconenses.

Donde la situación es más evidente está en la costa. «Hay jabalíes en Cambrils, Salou, Cala Romana, Vilafortuny y hay un disparate en Reus porque hay muchos torrentes. El problema es cuando se mueven por las carreteras y provocan accidentes de tráfico», señala Vidal. Aunque el periodo de caza del jabalí se extiende de septiembre a marzo, la actividad está permitida casi durante todo el año.

De hecho, las limitaciones de movilidad y los meses de confinamiento han hecho reducir las capturas, ya que muchos cazadores de la federación tarraconense son de fuera. «Hemos notado un incremento bestial de jabalíes del año pasado en este», asegura Francisco Arturo Lorenzo, perrero del Grupo el Jabalí el Tarragonès.

Según los datos de la federación, en el territorio hay unos 5.600 cazadores, de los cuales 4.300 tienen licencia federativa en la zona. A final de año el Procicat consideró la caza como una actividad esencial ante el grito de auxilio del sector agrario.

Els pagesosreclaman más batidas

Unió de Pagesos lamenta que el confinamiento municipal ha afectado muchísimo las batidas e indica que cada vez hay más ejemplares de corzos, conejos y cabras salvajes del Port. Los cultivos del Priorat son de los que están más afectados por los daños ocasionados por la fauna. «Si ya no las podíamos regular en situaciones normales, ahora sólo nos faltaba la covid», alerta al coordinador territorial del sindicato al Campde Tarragona, Pere Guinovart.

Els pagesos hace años que piden más batidas para frenar la superpoblación de estas especies. Aparte, quieren que el Gobierno regularice un seguro por los daños que ocasionan. Guinovart detalla que, por ejemplo, las plagas de conejos pueden dañar un 50% de los campos de viñas y olivos. «El daño de fauna es muy importante y, si no se pone traba, todo el mundo tendrá que poner vallas en las fincas», avisa el portavoz dels pagesos.

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