Sesenta y una personas han renunciado a una plaza de residencia en el Camp de Tarragona
Entre en marzo y en junio se paralizaron los nuevos ingresos en los centros, sin embargo, la lista de espera en la región sanitaria se ha reducido de 884 a 850 personas
Sesenta y una personas han renunciado a la plaza pública en una residencia en la región sanitaria del Campde Tarragona durante el último año. La grave derrota que ha provocado la pandemia por coronavirus y el aislamiento de estos espacios para evitar el contagio ha supuesto un freno y un motivo de miedo, sin duda, para muchas de las personas que, durante meses o incluso años, esperan el acceso a una plaza pública para ellos o algún familiar dependiente.
En marzo de 2020, cuando justose detuvieron los ingresos en las residencias para las personas mayores a causa del decreto del estado de alarma, había 884 personas en lista de espera para acceder a una plaza pública. De este total, 353 habían renunciado en alguna plaza en alguna ocasión, alguna de ellas hasta trece veces, algo que permite el sistema sin penalización. En marzo de este año, la lista de espera se ha reducido, pero las renuncias han aumentado. Actualmente hay 850 personas en lista de espera. De estas, hay 61 más que el año anterior que, a pesar de poder acceder a una plaza pública, han renunciado a hacerlo. De las 353 renuncias en marzo de 2020, se ha pasado a las 414 actuales.
A pesar del paro de los ingresos durante casi tres meses el año 2020, la lista de espera se ha reducido de un año en el otro, lo que supone una muestra más de la alta mortandad que se ha registrado en estos centros y del ensañamiento de esta pandemia en personas del colectivo de la tercera edad en general. De hecho, al conjunto de Cataluña, de las cerca de 19.000 personas que quedaban a la espera de una plaza pública se ha pasado en las 17.000 actuales, aproximadamente.
El estado de alarma provocó el cierre de las residencias para las visitas y también los nuevos ingresos. Estos no se reanudaron hasta junio de 2020 siempre que se dieran las condiciones de seguridad recogidas en el Plan de desescalada aprobadopor el departamento de Salud y siguiendo una serie de medidas de seguridad. Sólo podían ingresar nuevos residentes los centros donde ya fuera implantada la fase I de desconfinamiento y a espacios donde el control de la infección estuviera acreditado, con la no aparición de nuevos casos durante catorce días, entre otros. El retorno de los ingresos, pero se ha hecho con menos plazas, cosa que tampoco ha frenado el descenso de las listas de espera. Y es que, con el fin de garantizar el protocolo de salud pública con respecto a los aislamientos y sectorizaciones se acordó la reserva del 5% de las plazas vacías en el marco del plan de contingencia para el otoño de 2020 que los departamentos de Salud y Trabajos, Asuntos Sociales y Familias presentó en julio del año pasado. Así, en toda Cataluña se hizo la reserva de 2.800 plazas vacías con el fin de poder hacer aislamientos en caso de contagios. En la región sanitaria de Campde Tarragona, se reservaron 204 plazas vacías del total de 4.106 plazas de residencias que hay –2.704 públicas y 1.198 privados.
Retorno a los domicilios
El miedo al contagio y, en concreto, en espacios residenciales, ha quedado patente también por el retorno de usuarias de residencias a sus domicilios. Según los datos que los departamentos de Salud y Asuntos Sociales y Familia recogían en el plan de contingencia, más de 700 personas mayores que vivían en una residencia retornaron al domicilio familiar entre el inicio de la pandemia en Cataluña y en julio de 2020. De hecho, el plan de contingencia acordó mantener la posibilidad de que el entorno familiar del residente solicitara el retorno temporal y voluntario a su casa, conservando la plaza residencial.