¿Cómo era ser joven en la era predigital?

Marc es un adolescente de dieciséis años. Va al instituto, tiene novia, amigos y unos padres que lo quieren. Un día, los padres le dicen que, después de veinte años de matrimonio, han decidido separarse. Marc tiene que masticar la noticia pero le falta información. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué tiene la sensación que no le explican toda la historia?

Este es el punto de partida de la novela juvenil No podria ser més feliç, del vallenc Josep Escarré i Reig, ganadora del PremiAltea de Literatura Infantil y Juvenil.

La historia arranca en abril de 1985, en un contexto claramente predigital. «Por el tema que trata el libro, me interesaba que no hubiera móviles, Internet ni redes sociales», explica Escarré. De esta manera, los protagonistas se ven forzados a comunicarse por otras vías, como los contestadores automáticos o las cartas escritas a mano. En este mismo sentido, el autor señala que este contexto sin conexión puede ser también interesante a la hora de trabajar la novela con unos adolescentes incapaces de imaginarse un mundo sin móviles, Instagram o Facebook. Además, añade al autor, trasladarse a los años ochenta, cuando la ley del divorcio era reciente, le permitía plantear «como reaccionaría un adolescente de la época ante un hecho que ahora está al orden del día pero que entonces no era muy común».

La historia se cierra el año 2005, con un salto temporal donde nos encontramos a un Marcya adulto y que nos invita a reflexionar sobre cómo ha cambiado a la sociedad en sólo dos décadas.

Aunque la novela está escrita pensando en el público juvenil, Escarré confía en que pueda resultar interesante también a los padres: «Considero que los dos temas que desarrolla la historia son lo bastante importantes para que las parejas también se puedan implicar y comentarlos con sus hijos».

La primera novela

No podria ser més feliçes el retorno a la literatura de Josep Escarré, que empezó haciendo de periodista en medios como el semanario Canigó, los diarios Avui, El Periódico, yLa Vanguardia, y la revista Fotogramas . A partir del año 2000 empezó a compaginar el periodismo con la traducción, que es su trabajo actual. Hasta el momento ha traducido al catalán y al castellano cerca de un centenar de libros de autores como Jack London, John Carlin, L. Frank Baum o Irène Némirowsky. Aunque había ganado numerosos premios de narrativa corta y había hecho pequeñas incursiones en géneros como el ensayo y el teatro, esta es su primera novela.

«Esta es una novela que empecé a escribir hace muchos años, pero se quedó a medias en un cajón. Hasta que un día pensé que la tenía que acabar porque valía la pena explicar aquella historia», detalla a Josep. El autor admite que se siente muy contento con aquella decisión: «No sólo porque he vuelto a la escritura, sino también porque ha ganado el PremiAltea y me lo han publicado. ¿Qué más puedo pedir?».