Laboral
IQOXE presentará alegaciones al informe de Inspección de Trabajo que resuelve que vulneró el derecho a huelga
La compañía no descarta llegar a los tribunales si la administración no les da la razón
Con todo, el punto de máximo conflicto fue la unidad de óxido de etileno. La compañía sostiene en el comunicado que pararla durante la jornada de huelga «hubiera podido suponer» un riesgo para las instalaciones y que por eso decidió «mantener los servicios mínimos de producción». Según se recoge de la inspección, IQOXE argumentó que con la parada y posterior reanudación de los equipos el riesgo de avería se incrementa. En este sentido, expuso que el fabricante tarda unos diez meses al reponer las piezas si hay algún problema mecánico y que las que tenían en el almacén por situaciones de emergencia las tuvieron que utilizar unas semanas antes, con lo cual un nuevo fallo hubiera supuesto meses de inactividad de la planta y un nuevo ERTE» para los empleados.
En el informe, el inspector rebate las explicaciones de la siguiente manera: «Este riesgo -de avería- no ha podido ser evaluado ni cuantificado, ni por la empresa ni por el fabricante». Y añade: «Que los representantes de la empresa consideren básica la falta de recambios en caso de avería es un problema de mantenimiento totalmente ajeno a la huelga. ¿Si el riesgo de avería es tan elevado, por qué los responsables de mantenimiento no se han provisto de más recambios»?, se pregunta.
Aparte, el documento recoge las versiones de los trabajadores, que explican en el último año el equipo se había detenido «siete u ocho veces» durante el periodo en el cual la compañía hizo un ERTE a causa de la pandemia de la covid-19. En otras ocasiones, habría habido paros causados por cortes del suministro eléctrico. Para los empleados, los aparatos funcionan «sin ningún problema si se hace un paro planificado y un encendido progresivo».
Servicios mínimos
Todo generó polémica entre la dirección y los manifestantes con respecto a los servicios mínimos que se tenían que implementar. La inspección de trabajo ha constatado que en la unidad de óxido de etileno acabó estando el mismo número de trabajadores que un día normal. «Con respecto al cuadrante de turnos de la unidad de óxido de etileno, se confirma que su funcionamiento normal requiere un contramaestre y cuatro operarios por turno, que es el que se incluyó como parte de los servicios mínimos de mantenimiento», concreta el informe.
En este sentido, el funcionario de la administración manifiesta que «IQOXE decidió mantener las unidades productivas en funcionamiento el día de la huelga» y que la planta de óxido de etileno fabricó «el 62%» en comparación con un día normal, y que el producto «se almacenó sin ser distribuido». Paralelamente, la química siguió fabricando y distribuyendo vapor a clientes de la empresa. «En este sentido, la actividad de la empresa fue más allá del mantenimiento y estuvo en funcionamiento. Por eso requirió la asistencia de la totalidad de las personas que trabajan ordinariamente en el equipo». Y resume: «El hecho de que la planta quedara en funcionamiento es por lo tanto una restricción a un derecho fundamental: el derecho a huelga de los trabajadores».
Sobre esta cuestión, IQOXE defiende que «la plantilla total está integrada por 114 personas trabajadoras, de las cuales 32 fueron designadas como servicios de mantenimiento y seguridad.» Es decir, sólo el 28% de la plantilla total de la empresa estaba llamada a servicios mínimos. De aquellos 32 empleados incluidos en los servicios mínimos, 24 pertenecen a la plantilla de producción, la cual está formada por 52 personas. Por lo tanto un porcentaje del 54% de la plantilla de producción de la empresa pudo ejercer el derecho a huelga si así lo consideró adecuado», sostiene la empresa, que reitera que «entiende que procedió de manera responsable y correcta».