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El Consorcio de Aguas de Tarragona soterra cerca de 400 metros de cañería aérea por «seguridad»

El proyecto, que quiere evitar ataques o sabotajes, se ejecuta después de 31 años de funcionamiento del minitrasvase

Los trabajos en uno de los siete tramos donde se retira la cañería aérea del minitransvasament del Ebro.

El Consorcio de Aguas de Tarragona soterra cerca de 400 metros de cañería aérea por «seguridad»ACN

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El Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) trabaja en el soterramiento de siete tramos de cañería aérea del minitrasvase del Ebro, entre l'Ampolla y l'Hospitalet de l'Infant. Unas obras que, según el director gerente del ente, Xavier Pujol, se ejecutan «por seguridad de la instalación», 31 años después de que entrara en funcionamiento el envío de agua en el Campde Tarragona. El ente niega haber detectado ninguna situación crítica o amenaza para impulsar el proyecto, si bien Pujol reconoce que «el espacio natural» de las canalizaciones «está bajo tierra», precisamente, para evitar ataques o sabotajes. Los trabajos, iniciados hace seis meses y que acabarán este año, cuestan 3,94 millones de euros, la mitad de los cuales subvencionados por la Agencia Catalana del Agua (ACA).

Los siete tramos de cañería aérea –los únicos a lo largo de todo el trazado del minitrasvase– tienen una extensión total de 391 metros. Se encuentran en los términos municipales de l'Ampolla, El Perelló, la Ametlla de Mar y Vandellòs i l'Hospitalet de l'Infant. En su momento, hace más de tres décadas, la instalación de autocostaleros aéreos sirvió, principalmente, para salvar el paso de barrancos y tramos de difícil acceso. Esta configuración, sin embargo, los dejaba al descubierto y, por lo tanto, podían ser más fácilmente vulnerables ante posibles ataques, sabotajes o actos vandálicos.

Ahora, tres décadas después, el CAT revierte una decisión que, según ha declarado Pujol a la ACN, se tomó «por un motivo estrictamente económico»: «las cañerías, por defecto, tienen que ir soterradas». El responsable del ente ha detallado que el informe de vulnerabilidad no ha encontrado «ninguna situación crítica» al conjunto de la instalación. A pesar de eso, insiste en que la canalización no tiene que ser accesible y, por lo tanto, se ha decidido soterrar los tubos para tener «una mayor seguridad» del conjunto de la red de distribución.

Las obras se iniciaron en el mes de enero de este año, tienen un plazo de ejecución de nueve meses y forman parte del plan estratégico 2018-2021. Las ejecuta la empresa Dragados y tienen un coste de 3,94 millones de euros –IVA incluido. El responsable del CAT ha indicado que en caso de no haber dispuesto de la subvención que financiado el 50% del presupuesto de ejecución, los trabajo «se hubieran hecho igualmente». «Este año hemos tenido los proyectos, la financiación y el tiempo para hacer las obras», ha precisado.

Sin repercusiones para los consorciados

Los trabajos de soterramiento no tienen afectación para el conjunto de consorciados, según el director gerente del CAT. Preventivamente, «todos han sido informados y se han hecho las previsiones oportunas para garantizar el suministro de agua» a medida que se van llevando a cabo las obras.

La neutralización de las cañerías aéreas –que son retiradas– y la reconexión de las nuevas canalizaciones soterradas se programa para un periodo de tiempo de 24 horas, a partir de las cinco de la madrugada. Las tareas requieren la participación de grúas de gran tonelaje que tienen que elevar las piezas necesarias para la interconexión y ajustarlas a las cañerías existentes. Está previsto que el soterramiento quede finalizado el próximo mes de noviembre.

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