Creixell sufre botellones diarios por el toque de queda en Roda y Torredembarra
La problemática desborda el municipio, ya que no puede afrontar las concentraciones que cada día ensucian la playa
Creixell es uno de los municipios de Cataluña que ha quedado fuera del listado donde se impone el confinamiento nocturno y que sufre el efecto perverso de estar rodeado de poblaciones con toque de queda, que, en este caso, son Roda de Berà y Torredembarra. La playa de Creixell acoge cada día botellones organizados por gente mucho joven que se reúne desde la medianoche hasta cerca de las cinco de la madrugada y que deja la arena llena de plástico, envoltorios, y botellas de vidrio. Son personas que vienen de Torredembarra y de Roda de Berà eludiendo el confinamiento nocturno de estas poblaciones, pero también de Creixell, que acoge a un buen número de turistas en los campings.
«La situación es especialmente grave los fines de semana, cuando se reúnen grupos de cerca de cien personas, y se ha agravado durante el mes de agosto. No se trata sólo de los restos que dejan cada día en la arena y que la brigada tiene que limpiar cada mañana, sino que hacen destrozos en las cuerdas de las dunas, entran en algunas casas o en el chiringuito y cogen las sillas, y hacen todo tipo de gamberradas», explica el alcalde de Creixell, Jordi Llopart. La brigada de limpieza ha tenido que adelantar el horario para llevar a cabo el servicio.
La policía local, que sólo cuenta con una patrulla en el turno de noche, no puede hacer frente a grupos que los superan en número, especialmente ahora en verano, «cuando tienen que atender también otros servicios y problemas propios de la temporada», apunta Llopart. «Empiezan a entrar hacia la medianoche en la playa y, hacia las cinco de la madrugada, es cuando empiezan los problemas, porque la gente ha bebido demasiado y se producen pequeñas peleas y vandalismo. Recientemente la ambulancia tuvo que atender a un menor con un coma etílico», apunta al alcalde. «A muchos jóvenes ya los ves salir de los campings con bolsas llenas de botellas mientras los padres se quedan en el establecimiento, pero no tenemos toque de queda, no podemos prohibirlos salir de los campings», dice el alcalde.
Supera el número de habitantes
Creixell ha quedado fuera de los municipios con confinamiento nocturno obligado por el Procicat porque, teóricamente, no cumple ninguno de los requisitos para poder aplicarlo. No tiene la incidencia acumulada de contagios por coronavirus suficiente y su población es inferior a los 5.000 habitantes. «Tenemos una población de 3.700 personas censadas, pero durante el verano se multiplica el número de habitantes gracias al turismo. Ahora hay cerca de 25.000 personas», afirma el alcalde.
La forma con que se registra la incidencia acumulada de positivos también perjudica municipios turísticos como Creixell. «Si se produce un contagio o el de toda una familia entre turistas de los campings, estos quedan registrados en su población de origen, no donde se alojan, con lo cual, la incidencia acumulada tampoco no es real», recuerda el alcalde, Jordi Llopart.