Altafulla reclama al govern el cambio de requisitos para tener el toque de queda

El Ayuntamiento de Altafulla ha pedido al Procicat que revise los requisitos para poder aplicar el confinamiento nocturno. Las patrullas conjuntas entre la policía local de Altafulla y los Mossos d'Esquadra de este fin de semana no han evitado la celebración de un gran botellón al parking del Roquissar. El hecho de no estar completamente rodeado por municipios donde sí que se aplica el toque de queda provoca que Altafulla no pueda disfrutar de esta prohibición y que, por el contrario, siga recibiendo jóvenes de otras poblaciones, como Tarragona, Torredembarra o el Catllar cada noche.

El patrullaje de los Mossos d'Esquadra con la policía local de Altafulla ha conseguido disminuir, pero no acabar con la llegada de personas a la zona delVinyet, en la playa de Tamarit, durante el horario del toque de queda. Al Vinyet, los últimos botellones dejaron suciedad y pusieron en alerta los ayuntamientos de Altafulla y Tarragona por el hecho que habían afectado una zona importante de nidificación del sendero camanegre. Ha seguido entrando gente porque es muy difícil de controlar. La gente de los campings se acerca a la zona por la cerca del mar», dice el alcalde, Jordi Molinera.

Durante toda la noche del sábado, entre tres patrullas –en algunos momentos de la noche, cuatro– de la policía local y los Mossos hicieron evidente la presencia policial en el término municipal de Altafulla. La policía prohibió el aparcamiento al parking del Roquissar, pero eso no impidió que un gran número de vehículos fueran la noche del sábado, ya que se celebraba un botellón. «La policía local se dedicó a identificar las matrículas por sancionarlos. Algunos quisieron tirar piedras en los agentes», afirma Molinera.

Esta ha sido una de las estrategias para intentar disuadir a los participantes al botellón. Por otra parte, según Molinera, la policía ha decomisado todas las botellas de bebidas alcohólicas que llevaba la gente a los espacios públicos. «La policía ha requisado todas las bolsas que muchos llevaban llenas con bebidas. El consumo de alcohol está prohibido en los espacios públicos», recuerda Molinera, quién reconoce que ha sido una medida drástica que no evita las concentraciones, pero que al menos reduce el riesgo de que se produzcan problemas derivados del consumo de alcohol.

«Con el ocio nocturno cerrado, el problema de los botellones persiste. Altafulla no puede aplicar el toque de queda porque, aparte de Tarragona y Torredembarra, toca con la Riera de Gaià, la Nou de Gaià y la Pobla de Montornès, donde no se cumplirán, nunca los requisitos que pide el Procicat. A pesar de eso, son poblaciones que están alejadas de Altafulla y un lugar de entrada de personas de otros pueblos durante las noches. Por este motivo, necesitemos que el Procicat revise los requisitos y atienda a los problemas que esta situación provoca en localidades como la nuestra», concluye el alcalde de Altafulla, Jordi Molinera.