«Estamos cumpliendo nuestros objetivos: atractivo para el territorio, internacionalización y condición académica singular»

—Cómo ha afrontado la Escola Internacional del Camp su actividad durante la pandemia y qué medidas se han implementado en la escuela para evitar contagios?

—Desde que estalló la pandemia, en marzo de 2020, el primer reto para la EIC era ofrecer continuidad educativa en cualquier circunstancia porque éramos conscientes de que eso ayudaba al alumnado académicamente pero, sobre todo, por una cuestión de salud. Los alumnos necesitaban la escuela a su lado porque el estímulo intelectual y el acompañamiento con rutinas se convierten en una condición de salud, bienestar y un bien necesario. De hecho, es un derecho de los niños acceder a la educación en todo momento y lo teníamos muy claro. Un año y medio después se ha demostrado que la gran diferencia entre los alumnos de una escuela u otra ha sido el hecho de haber estado cerrados o no pero también el hecho de haber podido acceder a la escuela o no. Y aquellos que no han podido tener acceso han acabado teniendo o pueden tener problemas de salud mental muy evidentes. Por lo tanto, podemos decir que nuestra premisa era buena.

Con respecto a las diferentes etapas de la pandemia, en la EIC hemos conseguido hacer a una escuela online durante el confinamiento y, más tarde, una escuela preparada para ser libre de Covid. Nosotros abrimos en junio del año pasado, en julio, en agosto y empezamos el curso en septiembre antes que ninguna escuela. Por lo tanto, acumulamos más días de escolarización que ninguna escuela del país. Sin embargo, no ha habido ningún caso de transmisión interna ni entre el alumnado ni entre el personal. La incidencia de la Covid ha sido muy baja. En un año y medio, hemos confinado sólo 5 grupos y siempre hemos garantizado que los alumnos confinados continuaran las clases online y, si no podían en aquel momento, podían recuperarlo en streaming el día siguiente.

—La EIC siempre se ha enorgullecido de los buenos resultados académicos de su alumnado, que han comportado la posibilidad de acceder a universidades de todo el mundo. ¿Cómo ha ido este tema durante un curso tan complicado como este?

—Los resultados académicos de la escuela siempre han estado buenos desde el origen, tanto por la vía del bachillerato nacional como por la del internacional, y también lo han sido los de las dos promociones que han salido durante la pandemia. Con el bachillerato pudimos hacer un acuerdo con el departamento de Enseñanza y nuestros alumnos han estado muy pocos días sin ir en la escuela. Es importante señalar que estos buenos resultados no sólo los valoramos por la nota media de bachillerato y selectividad, que es muy buena, por encima de la media nacional y al nivel de las mejores medias mundiales, sino que les valoramos sobre el hecho de que todos los alumnos hayan conseguido ir en el destino deseado. Eso implica que nuestros alumnos tienen la capacidad de saber dónde quieren ir y qué quieren hacer, ayudados por el plan de orientación de la escuela. Un hecho destacable es que la mitad de nuestros alumnos están escogiendo destinos fuera del Estado español.

—El bachillerato internacional está ganando muy de peso en los últimos años. ¿Por qué cree que se está produciendo eso?

—Cada vez más nuestros alumnos optan por el bachillerato internacional, que también sirve para estudiar a universidades españolas, porque se les abren muchas más puertas a nivel internacional. Actualmente, el bachillerato internacional es el predilecto de muchas universidades a nivel mundial. En nuestro caso, como lo hacemos con el doble titulación (inglés y español), los alumnos tienen acceso directo como nativos ingleses o españoles en todas las universidades del mundo que tengan estos idiomas como idioma propio y eso se los da mucha confianza y mucha fortaleza. Somos la única escuela del territorio que ofrece la doble titulación y lo hacemos convencidos de que es lo mejor para nuestros estudiantes.

—Qué idiomas se aprenden en la EIC?

—Una de las fortalezas que tienen nuestros alumnos es el hecho de tener asumidas por defecto dos condiciones. La primera es una mentalidad abierta, global e internacional, lo que hace que muchos estén estudiando en universidades de todo el mundo cuándo nunca antes habían pensado en esta opción. La segunda es el dominio de los idiomas. Hablan los tres idiomas más hablados del mundo: inglés y español como nativos y chino, que es la lengua extranjera. Eso es un rasgo fundamental para colocarse en primera línea para ser seleccionados por las universidades que ellos escogen. Además, les será muy útil a la vida. Aparte de estas tres lenguas, hablan, como mínimo, el catalán, porque es el territorio de la escuela, y a menudo hablan algún otro idioma porque lo hablan en casa o porque lo añaden en sus estudios. Y es que, una vez tienen el cerebro y la capacidad multilingüe, les es muy fácil hablar 4 idiomas, 5 o 6. Por eso muchos de nuestros alumnos hablan 6 idiomas.

Es importante decir que la EIC promueve el aprendizaje de estos idiomas desde cualquier edad, es decir, cualquier alumno que entre en la escuela, aunque esté en cursos superiores, tiene una especie de plan de aterrizaje y aprendizaje de idiomas que se combina con los contenidos de las asignaturas. Así, lleguen a la edad que lleguen, salen con los 4 idiomas como mínimo. Es cierto, sin embargo, que la escuela promueve este aprendizaje desde pequeños porque es la mejor manera de volverse claramente multilingüe.

—La suya es una de las pocas escuelas que ofrece becas para estudiantes tanto de dentro como de fuera de la EIC. ¿Qué tipo de becas ofrecen?

—La EIC trabaja al amparo de la Fundació Escola Internacional del Camp (FEIC), que vela por promover la educación en el territorio. La FEIC siempre ha tenido una máxima, 'equidad de entrada y excelencia de salida'. En su afán de promover una educación de calidad, ofrece un programa de becas y ayudas para que el máximo número posible de estudiantes pueda beneficiarse de las ventajas de la EIC. Se trata de becas dirigidas a alumnos de la escuela que, por su talento y sus capacidades, merecen ser premiados y el premio es un año de escolarización cubierto por algún donante o por la misma fundación (3 becas). También destacamos el valor de los docentes y hacemos un reconocimiento a dos de ellos cada año. Aparte, tenemos una serie de ayudas para las familias que, en un momento puntual, pueden tener alguna dificultad para salir adelante con la escolarización de sus hijos. Estas ayudas son anónimas y hay muchas. Pero no sólo damos becas a nuestros estudiantes. Tenemos otras para alumnos de fuera de la escuela que quieran estudiar en la EIC, por ejemplo, en un recorrido corto como el bachillerato, y no puedan hacerlo por una cuestión económica. Es un ejemplo la Beca Esteve Blasi, pensada para chicas que quieran estudiar a nivel internacional (su puerta de acceso sería la EIC) pero que, teniendo talento, su situación económica no les permita. Hay que decir, además, que la Fundación estudia caso a caso y cada año entra algún alumno de fuera a hacer el bachillerato al EIC.

—El curso que viene la EIC celebra su décimo aniversario. ¿Qué balance hace de estos diez años?

—El 17 de septiembre hará 10 años que abrimos puertas. El crecimiento ha sido cuantitativo y cualitativo, tan rápido como se había previsto. Cualitativamente, como hemos comentado, los estudiantes salen preparados para enfrentarse al mundo, los resultados pedagógicos y académicos de nuestro modelo educativo, Sòcrates Educa, han quedado demostrados y eso nos hace sentir orgullosos. Hemos creado una escuela que ha conseguido enriquecer el panorama educativo en general y, en concreto, el del Camp de Tarragona. Con respecto a la cuestión cuantitativa, nacimos con la mentalidad de ser una escuela de dos líneas, de P1 hasta bachillerato, y que ha ido creciendo sostenidamente con alumnos de diferentes procedencias. Tenemos estudiantes de más de 50 municipios del sur de Cataluña y más de 40 nacionalidades diferentes. Más del 50% de la población de la escuela ha venido de fuera del Estado español y eso nos aporta una importante riqueza multicultural. Por lo tanto, los objetivos de atractivo para el territorio, internacionalización del territorio, condición académica y singular se van cumpliendo todos y estamos muy contentos.

—Cuáles son los proyectos de futuro del EIC?

—La escuela es la parte más importante del proyecto de la Fundación y con ella se ha conseguido influenciar en el territorio de forma positiva a través de la educación, que es lo que garantiza el futuro. Lo demuestra el hecho que, los alumnos de la primera promoción de la EIC ya trabajan en centros de referencia a nivel mundial. Eso pasa con 10 años de recorrido. Imagínese lo que puede pasar dentro de 10 años más. Pero la fundación no quiere parar aquí, quiere seguir haciendo crecer su modelo educativo para que más alumnos se puedan beneficiar hasta llegar a llenar estas dos líneas de P1 a Bachillerato. Además, quiere hacer más accesible a este modelo educativo Sòcrates Educa. De hecho, hay gente que se ha interesado por este modelo y nos ha pedido posibles líneas de colaboración que estamos estudiando. También es verdad que, conscientes de que el acceso a la escuela puede ser una vía limitada, hemos abierto todo un abanico de posibilidades para que muchos alumnos se puedan beneficiar desde otros ámbitos como, por ejemplo, las actividades extraescolares, que están abiertas a todo el mundo, igual que los campus de invierno y de verano que promovemos.