Sociedad
Salomó espera los resultados del ADN de los 22 cuerpos encontrados en la fosa común, la primera exhumada en el Camp de Tarragona
Se cumple un año de la apertura de una tumba donde se localizaron los restos de 22 soldados muertos en enero de 1939
A la expectativa del ADN
Después de la investigación arqueológica y antropológica, la tercera fase se centra en el estudio del ADN para identificar el máximo número posible de víctimas, quelleva a términola Universidad Autónoma de Barcelona, cruzando con los perfiles genéticos de los familiares de desaparecidos que han dado una muestra de ADN. Se espera que con los análisis se identificarán los dos jóvenes soldados de Bell-lloc, Josep Bellet Pérez y Ramon Carné Pereta, y que sus familias podrán recuperar los restos. Llevan más de una década batallando y están a punto de conseguirlo.
Con respecto al resto de cuerpos, si no hay ninguna identificación les dispondrán en unas urnas y quedarán en unos nichos que ha ofrecido el Ayuntamiento de Salomó, debidamente identificados y numerados por si algún familiar acabara reclamando los restos. Un año después de la excavación, la fosa está tapada. En el lateral derecho del cementerio se hace visible una gran explanada del suelo donde una placa recuerda con sobriedad el lugar de la fosa común de 1939. Justo al lado hay una lápida con el nombre Emilio Montemayor, otro soldado muerto en Salomó, a la edad de 30 años.
Una tumba aparte
«Su mujer estaba embarazada de la primera hija cuando la avisaron de que lo habían matadoy enterrado allí», recuerda el alcalde. Es por eso que su tumba, a voluntad de la familia, ya no se abrió. Todos ellos eran soldados que formaban parte de la línea de defensa del río Gaià, una unidad que estaba de retirada. Volvían hacia casa. La guerra civil se daba por perdida. Un par de individuos llevaban chaquetas del cuerpo de aviación del ejército republicano, detalle que se ha podido saber gracias a los botones con el emblema del cuerpo que se han localizado en los cadáveres.
Todo indica que los soldados murieron de forma violenta, en combate o asesinatos durante la retirada, por impacto de arma de fuego -hay numerosos huesos fracturados y cráneos con agujeros de bala. Se ha encontrado un cuerpo con un torniquete y otro con una granada en las manos. En total se recuperaron 459 objetos, básicamente indumentaria militar, si bien muchos fueron enterrados descalzos -las botas eran reaprovechadas por otros. Todos los resultados de la exhumación se presentaron en Salomó y se pueden consultar en un artículo en la revista 'La Resclosa'.