Diari Més

El sector hostalero de Tarragona y el Ebre da por perdidas las fiestas con las nuevas restricciones

Restaurantes y hoteles viven un goteo de anulaciones de reservas cuando ya habían hecho las compras con antelación

Un cliente leyendo un diario en el restaurante del hotel Class de Valls.

El sector hostalero de Tarragona y el Ebro da por perdidas las fiestas con las nuevas restriccionesACN

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El sector hostalero del Campde Tarragona y las Terres de l'Ebre da prácticamente por perdida la actividad prevista durante las fiestas de Navidad y fin de año a raíz de las nuevas restricciones aprobadas por el Govern para frenar la pandemia de covid-19. Después del anuncio de las nuevas medidas este lunes por la noche, los establecimientos viven una jornada marcada por un goteo constante de anulaciones de reservas. En el caso de los restaurantes, además, la gran mayoría había ya hecho las compras con antelación para las comidas de los principales días festivos. Las asociaciones que los agrupan no esconden la preocupación y la incertidumbre de un sector que se sigue reivindicando como seguro y que reclama ayudas de las administraciones si no pueden trabajar.

«Estamos muy preocupados porque hay muchas cancelaciones, muchos restaurantes han decidido no hacer cenas por Fin de Año y se tendrá que devolver el dinero a todas las personas que habían reservado; será un Fin de Año insalvable», ha lamentado Magí Mallorquí, presidente de la Asociación Hotelera de la Provincia de Tarragona y portavoz de la Asociación de Empresarios de Hostelería.

El gremio critica que el Gobierno haya establecido el 50% de aforo en el interior de los establecimientos y el 100% en las terrazas y que no se hayan consensuado las nuevas medidas. «En pleno mes de diciembre como mucho se podrán hacer cafés por la mañana o media tarde, las cenas son inviables en las terrazas», ha sostenido Mallorquín. ¿«Qué tenemos que hacer?, la situación es muy complicada», ha valorado.

Existe, sobre todo, una sensación compartida de marcha atrás, de retorno a la situación de hace un año. Nuevamente, ratifica Arantxa Codorniu, de la Asociación de Restauradores de Amposta, con las cámaras frigoríficas llenas. Como ya es habitual, los establecimientos intentan anticipar sus compras y sólo dejar el esencial para última hora, una tendencia que este año se ha extendido todavía más ante la amenaza previa de una huelga de transportistas.

Codorniu reivindica la seguridad de los restaurantes y la hostelería. Recuerda que ya han tenido que asumir la tarea de reclamar a los clientes el pasaporte covid para controlar el acceso. Servir comidas para llevar–a precios inferiores no resuelve el problema, según apunta. Los encuentros familiares se harán igual y no serán de diez personas: las familias somos de estar todos juntos y queremos que la familia esté unida. La gente no lo cumplirá y lo hará en casas particulares: dejadnos trabajar a nosotros», subraya.

«Si nos aplican restricciones, que el Govern tenga en cuenta que tenemos que pagar nuestras obligaciones, tenemos trabajadores a cargo y seguimos el día a día, pero sin gente», concluye Codorniu, reclamando abiertamente ayudas públicas para el sector si no pueden trabajar. «Si cierras una empresa, das ayudas o la dejas abierta. Pero no se puede jugar de estas formas en unas fechas tan importantes como son Navidad y fin de año. Hay consternación, cabreo, decepción,» resume al representante de la Federación Intercomarcal de Hostelería, Restauración y Turismo (FIHRT), Gustavo Turon.

Para el sector, pues, el escenario que dibujan las restricciones no deja lugar al optimismo. Mallorquí explica que confiaban en las cenas y comidas de empresas, después de un verano y un puente de la Purísima «bastante bueno». Queríamos acabar el año con un poco de empuje para salvarlo, no sólo nos afecta a nosotros sino que es una cadena que afecta en las pescaderías, carnicerías, distribuidores, mayoristas; venimos de un año y medio en que el 10% de los establecimientos de la demarcación de Tarragona han cerrado forzadamente por la pandemia, veremos cuántos más tendrán que cerrar de aquí a finales del año», ha añadido.

El ocio nocturno: abatido y cansado

El ocio nocturno vuelve a sufrir el impacto de las medidas contra la covid-19. Por Navidad y fin de año no podrán abrir y los establecimientos tendrán que devolver el importe de las entradas que ya habían vendido. El presidente de Fecalon, Christian Compte, no se ha atrevido a cuantificar el impacto económico, pero ha asegurado que «será muy grande». «Después de diecinueve meses cerrados y con las penas que hemos pasado, tener que volver las entradas de fin de año nos rompe la economía totalmente», ha afirmado. Los empresarios se sienten «abatidos y cansados de ser el títere que recibe los golpesdel Govern, que no es capaz de prever y cortar de raíz los contagios».

Al mismo tiempo, ha afirmado que no han recibido el último paquete de ayudas por| los cierres de hace meses atrás y ha cargado contra el ejecutivo para anunciar una nueva clausura sin poner encima de la mesa ayudas. «Para abrir nos hemos tenido que volver a endeudar», ha recordado. Además, se ha mostrado escéptico por el impacto que tendrá la medida, ya que ha considerado que «la gente se reunirá igualmente en su casa». «Ya veremos qué pasa con los botellones, y a ver a quién controla que no haya fiestas particulares o que los restaurantes no hagan fiestas y no hagan de discoteca», ha valorado.

En su opinión, hubiera estado más efectivo cerrar los centros educativos. «Si los contagios vienen de los menores de doce años no vacunados, que hubieran cerrado las escuelas antes. Nuestros clientes no tienen doce años y los contagios no son culpa nuestra», ha expuesto.

Afectación «relativa» enlos gimnassos

En el caso de los gimnasios el impacto es menor, ya que únicamente tendrán que limitar el aforo hasta el 70% del máximo de ocupación. El gerente de Royal -con un centro en Tarragona y otro en Lleida-, Gerard Monguió, ha afirmado que «después de 30 cambios de normativa, la afectación es relativa». Monguió ha explicado que las consecuencias no serán muchas, especialmente teniendo en cuenta la época del año actual. «En enero empiezan los retos de año nuevo, pero ahora disfrutamos de la Navidad y hacemos alguna comida más de lo que toca, y venimos menos a los centros deportivos», ha remarcado.

El gerente ha indicado que el principal cambio que tendrán que hacer es enla tecnología, con respecto al control de acceso y a las reservas. «Ahora en todos nos parece normal reservar una clase, pero antes no se hacía. Logísticamente ya no nos supone un problema, como lo era al principio de la pandemia», ha dicho. Sin embargo, diciembre ha sido «complicado», porqueprimero tubieronque implementar el sistema para validar el pasaporte covid y ahora tendrán que volver a restringir los aforos. En cuanto al pasaporte, Monguió ha reconocido que les ha hecho perder clientes no vacunados.

En su opinión, el principal problema es «la improvisación» del Govern y ha reclamado que sea sensible «con todos los sectores». «Nos falta la capacidad para aplicar las medidas que nos dicen que tenemos que aplicar. Para el pasaporte covid hace falta una tecnología específica para escanearlo que no teníamos. Todo requiere adaptaciones», ha señalado.

Una mujer haciendo ejercicio en el gimnasio Royal Tarraco de Tarragona.

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