Los Reyes vuelven a repartir casa por casa los regalos a los niños de Cambrils

Como es tradición al día siguiente de la noche de Reyes, Sus Majestades repartieron a los niños los regalos casa por casa en Cambrils. Los más pequeños, desde primera hora de la mañana, esperaban con nervios la llegada de los Reyes para comprobar si sus deseos, entregados los días anteriores, se habían hecho realidad.

Es una costumbre que acumula más de cincuenta años en el municipio y que organiza la Asociación de Antiguos Alumnos de la Salle. Este año, el reparto de los regalos a domicilio volvió después de que el año pasado no se pudiera llevar a cabo a causa de la crisis sanitaria. Entonces, la comitiva real no repartió regalos, pero sí que hizo visitas a los domicilios de algunos cambrilenses.

La Asociación de Antiguos Alumnos de la Salle conjuntamente con el Departamento de Fiestas del Ayuntamiento, organizan esta tradición que empiezan a preparar desde septiembre y que también coordina la llegada de Sus Majestades al puerto de Cambrils y la recogida de cartas de los pajes.

Desde bien temprano, Melchor, Gaspar y Baltasar recorrieron las calles de Cambrils a bordo de tres coches diferentes. Los niños, a su vez, esperaban ilusionados sus deseos a pie de calle. La ruta se inició a las 9 horas de la mañana por el barrio del Pinaret y, después de seguir por la plaza del Pòsit y por las urbanizaciones de Llevanty de Ponent, Sus Majestades estuvieron haciendo la distribución de más de 900 presentes hasta las dos y media. Después de un año en que los Reyes no pudieron hacer llegar los deseos a los cambrilenses, este año «se ha podido hacer un reparto como el de siempre», indicaba Joan Anton Plana, presidente de la asociación.

A pesar de todo, «los miembros organizadores se han tenido que reducir a causa de las restricciones por la covid», lamentaba Plana con relación a los más de 60 voluntarios que hicieron posible el acto. El número de personas que cada año participan en el acto y que «trabajan de forma voluntaria y altruista» fue inferior al de otros años para «reducir el tiempo de maquillaje», explicaba al presidente. Hacía referencia a la tarea de preparación de los pajes antes del reparto de los regalos y como «se tiene que desinfectar todo cada vez», ralentiza el trabajo. Por las mismas circunstancias, a diferencia de otros años, sólo iba un rey sin ningún acompañante en cada vehículo, reduciendo así al máximo el contacto social.

Con respecto a la distribución, Plana calculaba que la edición de este año había repartido menos regalos que otros años. Sin embargo, «el sistema ha funcionado y todo ha ido igual de bien», celebraba. Plana se mostraba también satisfecho por la «colaboración y recibimiento de los cambrilenses» que cada año ayudan al hecho a que la tradición siga viva.