Religión
La Salle abre una investigación por los abusos que sufrió Alejandro Palomas
El presunto agresor sería un profesor de Premià de Mar, que ahora tiene 91 años y vive en una residencia de la congregación en Cambrils
El Institut dels Germans de les Escoles Cristianes (La Salle) ha activado su protocolo contra los abusos sexuales después de conocer el caso del escritor Alejandro Palomas, que hoy ha denunciado que con 8 años fue violado y sufrió reiterados abusos sexuales por parte de un profesor de La Salle de Premià de Mar (Maresme).
Palomas (Barcelona, 1967), Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil y Premio Nadal 2018, ha desvelado que el hermano de La Salle, que denomina L y que fue su profesor y tutor en La Salle de Premià de Mar, lo violó, lo masturbó y le hizo tocamientos en múltiples ocasiones cuando él tenía entre 8 y 9 años.
Los padres del escritor denunciaron el caso a la dirección del colegio, que les aseguró que tomarían cartas en el asunto y que no volvería a pasar, y Palomas recuerda que entonces dejó de ser el alumno preferido del profesor y pasó a ser el «apestado».
Al conocer la denuncia pública que ha hecho Palomas, La Salle ha abierto una investigación al profesor, que ahora tiene 91 años y vive en una residencia de la congregación en Cambrils (Baix Camp) para conocer si hubo más víctimas, ha condenado los hechos, que ha tildado de «despreciables», y los ha condenado sin paliativos.
Según ha explicado la responsable de Relaciones Institucionales de La Salle, Isabel Llauger, «no podemos sino condenar de manera pública cualquier abuso a menores, trasladar la voluntad de apoyo a la persona afectada y asumir la responsabilidad que nos toque».
Llauger ha recordado que la institución, que cuenta con 25 escuelas en Cataluña y 984 en todo el mundo, además de 75 universidades, y más de un millón de alumnos, tiene establecido un protocolo «que no permitiría que unos hechos parecidos a los conocidos hoy sucedieran en nuestra comunidad educativa».
La institución escolar ha activado después de conocer el caso de Palomas su protocolo, que incluye «asumir todo lo que en este proceso se aviste».
«La Salle ha optado siempre por mantener el compromiso con la búsqueda de la verdad y la atención a las víctimas de cualquier tipo de abusos, porque consideramos todo abuso como un delito inadmisible que atenta contra la moral, la libertad y la dignidad personal», ha subrayado Llauger.
Los hermanos de La Salle se han comprometido a seguir rigurosamente las directrices emanadas de la normativa canónica, de acuerdo con los llamamientos del papa Francisco, y harán «acogimiento y escucha empática con la víctima si esta se pone en contacto directa o indirectamente con la Institución, ejerciendo aquellas acciones que favorezcan sus intereses».
También asumen «la responsabilidad de las consecuencias que se deriven de los resultados obtenidos en los procedimientos propios y en las resoluciones judiciales».
«Somos muy conscientes de que los hechos que se han atribuido a personas vinculadas con nuestra Institución son despreciables y causan un profundo dolor a todos aquellos que los han sufrido. Por lo tanto, como Instituto y respetando siempre la presunción de inocencia tal como nos obliga la ley, sólo nos queda expresar nuestra máxima repulsa y aflicción por lo ocurrido y pedir perdón por el sufrimiento sufrido», ha dicho Llauger.
Como en cualquier caso de abusos, La Salle ha abierto una investigación para «recoger toda la información, corroborar datos objetivos, recaudar posibles indicios y establecer su verosimilitud para comunicarlo en la Fiscalía y colaborar con la investigación».
Al mismo tiempo, ha activado el procedimiento interno que recoge el establecido por la normativa canónica y el derecho propio del Instituto, supervisado por el Comité de Ética de La Salle.
«Queremos dejar claro que en ningún momento nos inhibimos del problema cuando se nos plantea ni ralentizamos los procedimientos o la toma de decisiones, ni mucho menos nos negamos a investigar ni buscamos la vía de escape del sobreseimiento o la desestimación de las pretensiones reparadoras», ha asegurado Llauger.
La responsable de Relaciones Institucionales de La Salle ha recordado que la propia institución ha denunciado a hermanos de la congregación que han sido admitidas a trámite ante la Audiencia Nacional y que se ha personado como acusación popular «hasta la obtención de severas sentencias».
La Salle dispone de un Código Ético y de Conducta y un canal a disposición de cualquier persona que quiera hacer llegar a la Institución alguna información, testimonio o denuncia en relación con algún comportamiento o acción de miembros de esta, pasados o presentes, en el correo proteccion@lasalle.es y en la página web institucional.
«No nos mueve otro objetivo que el de buscar la máxima transparencia y celeridad en la aclaración de cualquier conducta que sea constitutiva de abusos o haya infligido dolor a personas que han estado bajo nuestra tutela, tanto en el pasado como en el presente», ha concluido Llauger.