Los productores de calçots suben los precios porque ha disminuido la cosecha
Algunos restaurantes han aumentado las tarifas del menú de calçotada, mientras que otros mantienen el coste de años anteriores
La disminución en el volumen de la cosecha de este año es uno de los motivos con que los campesinos explican el aumento de precios de los calçots, circunstancia que ha afectado en varios grados a los restaurantes de la zona. Algunos han aumentado las tarifas de las calçotades para sus clientes, mientras que otros han optado por mantener los precios, considerando que ya están cerca del final de la temporada y los beneficios no se verán afectados.
La organitació agraria IGP Calçot de Valls (una IGP es una Indicación Geografica Protegida, regida según las normas del Ministerio de Agricultura y de la Unión Europea) ha indicado, a través de su presidente Dalmaci Clofent, que la razón de la disminución en la producción de calçots se debe a varios motivos. El primer término, ha habido una disminución de la superficie de cultivo. También ha sido significativo que la cantidad de calçots recogidos por hectárea haya sido inferior a lo que se esperaba y, finalmente, que en paralelo con la relajación de las restricciones por la pandemia de la covid ha habido un aumento en la demanda.
Por todo ello, «está la sensación de que en el mercado faltan calçots, y esta sensación se mezcla con la realidad», indica Clofent. Con todo, el presidente de la IGP no espera que se produzca una situación de falta de producto. «Podemos tener los calçots justos para la campaña, pero sería extraño que faltaran o que hubiera de más. Yo creo que no sobrarán, pero que tampoco faltarán en exceso. Si cerramos la época de calçotades a finales de marzo seguro que no faltarán y si la cerramos en abril, quizás nos falten algunos, pero no serán muchos. No tendría que haber alarma». Clofent cree que el 2022 ha sido un año «un poco particular», pero espera que el 2023 sea «más estable»
Contexto
Con respecto al aumento de precios a causa de todas estas razones, el presidente del IGP lo quiere poner en contexto, explicando que si los calçots valían 0,11 euros por unidad hace unos meses, ahora pueden llegar, como máximo, a los 0,18, cosa que representaría un 15% de aumento por término medio, suponiendo que también pueden valer 0,16 o 0,17 euros. Esta diversidad, Clofent lo explica por el comportamiento de la compraventa. «El Mercatdel Campo Mercabarna, que son mayoristas, pueden ofrecer unos precios más ajustados, pero las tiendas de Vic, Solsona o la Vall d'Aran, por ejemplo, los pueden tener a precios más altos, porque la distancia entre el lugar de producción y el de venta siempre encarece cualquier producto». Clofent, además, insiste en el hecho de que «el productor es el que menos recibe por la planta que ha cultivado, de manera que no nos tendríamos que preguntar hasta dónde puede llegar el precio, sino desde qué punto tan bajo ha empezado a subir,» concluye.
La IGP Calçot de Valls reúne a 55 productores de las comarcas del Alt Camp, el Baix Camp, el Tarragonès y el Baix Penedès, y produce entre 18 y 20 millones de calçots al año, de los cuales certifica la calidad.
En el sector de la restauración, en cambio, ven las cosas de otra manera. Según Víctor Ciscar, propietario del restaurante SolRicde Tarragona, el aumento se podría cifrar en el 70%, cosa que ha hecho que se vea obligado a repercutirlo en el precio del menú. Una calçotada que hace poco tiempo valía 36 euros por persona, ahora se cobra a 39,90. «A media temporada nos dijeron que tenían que subir los precios porque quedan pocos calçots», explica, «y como también ha subido la carne, no nos ha quedado más remedio que trasladarlo al precio final». Ciscar reconoce que «este año no ha sido la mejor cosecha, precisamente» y recuerda que su establecimiento tenía los mismos precios desde hace tres años. La reacción de los clientes, sin embargo, no ha sido adversa. «Se lo hemos explicado, y la gente lo ha entendido». Según decía este restaurador, el aumento no ha afectado a la afluencia de público. «Ahora vienen los mismos que hace un par de años. Hace tres o cuatro fines de semana que tenemos el establecimiento lleno, con grupos y familias,» añade. El Sol Ricespera mantener la temporada de calçots hasta la primera semana de abril.
Otro restaurador, que no ha querido que su nombre ni el de su establecimiento figurara, ha manifestado en cambio que cree que esta campaña acabará pronto, quizás a mediados de este mes, aunque no se ha sentido especialmente afectado porque su mayorista le ha mantenido los precios y no ha tenido que pagar más por las mercancías. En este restaurante, una calçotada cuesta 40 euros por persona. En otros establecimientos de la ciudad, como el restaurante El Trull, las calçotades están a 36 euros, y a Les Fonts de Can Sala, en 42.
Ciscar también ha dicho que su previsión es que «no habrá un impacto negativo en los pedidos que recibimos», y espera un resurgimiento|avivamiento con la llegada de los turistas.