Escuelas
Un juego de cartas donde gana la imaginación
Los alumnos de la escuela Josep Veciana de Perafort han hecho el proyecto en la asignatura de plástica
Los niños y niñas de la escuela Josep Veciana de Perafort tienen unas barajasde cartas únicas. No hay dos iguales porque las han hecho ellos en la clase de plástica, fruto de una iniciativa del profesor de la materia, el ilustrador Armand.
«Les propuse ilustrar una baraja de cartas a partir de unas imágenes que tenían que crear. Les pedí que imaginaran personajes a partir de las capacidades que explican las inteligencias múltiples. Trabajar con la idea de que todos tenemos y que no son las mismas», explica el Armand.
A partir de aquí, los niños y niñas trabajaron la creatividad y la creación artística, pero también pudieron entender el sentido del hecho creativo, porque el resultado final de su esfuerzo fue una barajade cartas ilustrada por ellos mismos, y que después ha tenido muchas aplicaciones prácticas. «Los niños y niñas las pueden tener y manipular, de manera que son una herramienta muy útil para el rincón de las matemáticas porque, como están numeradas, les permiten hacer operaciones,» explica la Fàtima Sabat, directora del centro. «Pero lo más interesante de todo –subraya Armand– es que, además, nos hemos encontrado que muchos niños y niñas han decidido inventarse juegos nuevos con las barajas. Van decidiendo sus normas y se ponen de acuerdo para aplicarlas, de manera que también están aprendiendo a hacer juego cooperativo».
El resultado del proyecto, aseguran los docentes del centro, «es extremadamente positivo porque ha resultado un juego completo, hecho a partir de sus dibujos, que fomenta las matemáticas manipulativas y también el juego en grupo».
En cuanto a las ideas que surgieron en el trabajo de reflexión sobre las capacidades, el profesor de plástica explica que hubo ideas de todo tipo, desde deseos –como ser más altos– en ideas inventadas. «Mi trabajo también consistió en ver cómo funcionaba cada imagen y ayudar a los niños a añadir un poco más poética o trabajar un poco más el concepto para que el resultado final tuviera más fuerza».
«Ver sus caras cuando abrieron el juego de cartas y se pusieron a jugar fue alucinante», afirma el Armand, «y ver que se juntaban para jugar, todavía más. Eso es lo que me interesa: conseguir cosas que no son habituales», concluye.