Sociedad
Cunit sanciona a una treintena de vecinos a través de la nueva Policía Verde, creada para controlar el incivismo
La mayoría de actos levantadas son por vertidos de muebles y restos de poda y por no recoger los excrementos de perro
La Policía Verde de Cunit (Baix Penedès) ha sancionado en un mes cerca de una treintena de vecinos por haber incumplido las ordenanzas de Medio Ambiente y de Convivencia y Civismo. Es una unidad estrenada recientemente dentro de la Policía Local para acabar con el «grave problema» de incivismo que el municipio había detectado los últimos meses. El vertido de muebles y restos de poda, y excrementos de perros no recogidos han protagonizado la mayoría de las 29 actas levantadas por los agentes, que patrullan vestidos de paisano, con un chaleco distintivo sólo para el momento de intervenir. Un 95% de los casos se prevé que acabarán en sanciones, con una media de 150 euros, aunque se podrán sustituir por trabajos comunitarios.
El concejal de Seguridad Ciudadana, Xavier Lorenzo, relata a la ACN que el formato de Policía Verde fue consensuado con los responsables de la Policía Local. Ante la imposibilidad económica de destinar un grupo de agentes exclusivamente a estas tareas, se ha propuesto a los policías hacer un patrullaje voluntario en forma de horas extras. Inicialmente, la Policía Verde trabaja ocho horas a la semana y se han interesado 8 de los 31 agentes del cuerpo.
«Esperábamos que, como mucho, tendríamos cinco policías dispuestos a asumir esta tarea, pero nos ha sorprendido la buena respuesta del cuerpo», destaca Lorenzo, que desea poder ampliar el servicio los próximos años. De momento el consistorio destina 9.600 euros anuales. Si la capacidad económica del Ayuntamiento lo permite durante los próximos años, la intención es llegar a crear una unidad específica que patrulle un mínimo de 4 horas diarias en un municipio de poco más de 12.000 habitantes, una población que se duplica en verano.
Lorenzo celebra que el patrullaje extraordinario de la Policía Verde ha tenido otras derivadas en el día a día de los agentes locales. Por una parte, los agentes «están mucho más receptivos» a la hora de detectar cualquier infracción vinculada a las ordenanzas de Civismo y Medio Ambiente a lo largo de toda la jornada. Al mismo tiempo, asegura que el patrullaje de paisano ha permitido detectar otros delitos paralela al incivismo, como el tráfico de estupefacientes.
«Ha habido cinco casos en que la Policía Verde ha intervenido en tareas diferentes a las ambientales para dar apoyo al patrullaje ordinario», explica el sargento Sergi Esteban, que asegura que el hecho de no ir uniformados permite tener más incidencia entre la ciudadanía. A pesar de ir de paisano, precisa que los agentes disponen de un chaleco identificativo que se colocan en el momento de intervenir «para tener visibilidad de cara al resto de la población».
Aparte de los vecinos pillados 'in situ' cometiendo una infracción, Esteban apunta que los agentes de la Policía Verde también trabajan para identificar a los propietarios de desperdicios tirados en la calle. Los casos más habituales son embalajes de grandes paquetes que no se han depositado dentro del contenedor, o muebles y grandes volúmenes de restos de poda que se han asomado a la calle. Aquí entran en juego las aportaciones de varios vecinos que señalan a los infractores a través de las redes sociales y del canal de comunicación municipal Línea Verde.
«Los ciudadanos reaccionan sorprendidos porque no imaginan que la Policía Local va más allá del trabajo habitual uniformada», relata Esteban, que recalca que la intención de la nueva unidad «no es incrementar el número de sanciones, sino conseguir un municipio más limpiodonde haya una mejor convivencia». Insiste en que inicialmente la patrulla actúa a nivel informativo y aplica la sanción en caso de reiteración. La primera vez que se recibe una multa, se puede sustituir por trabajos comunitarios.