Un relojero de Torreforta cambia el rumbo del negocio por las tendencias de la era digital

Después de 37 años de actividad, Fotos Olmo Relojería-Joyería, cambia el rumbo de su negocio a causa de las nuevas tendencias de la era digital. El propietario de este negocio del barrio de Torreforta, Manuel Olmo, relojero de oficio y fotógrafo, ha decidido poner en liquidación muchos de sus productos de acero y plata y dedicarse exclusivamente a las fotografías de carné y a la reparación de relojes hasta que encuentre otro trabajo. «La tendencia actual es agachar la cabeza y mirar el móvil para comprar por internet», se lamenta Olmo, quien con 59 años se siente «muy frustrado» por la situación. Olmo asegura que, durante los últimos años, «mucha gente que se compra relojes por internet acude a mí porque quiere que les arregle alguna cosa». Antes no cobraba nada porpequeñas reparaciones, ahora afirma que sí lo hará. También señala que la liquidación actual está funcionando y la gente está aprovechando los descuentos, del 50%, que tiene en muchos de sus productos. «Los productos de oro me los quedaré porque se pueden revalorizar», añade. Confiando en tener éxito, hace unas semanas invirtió 14.000 euros en relojes: «Mi gestor me advirtió que me equivocaba, y efectivamente me equivoqué. Tengo una gran oferta para que todo el mundo pueda encontrar lo que quiere, pero, sin embargo, desde hace un tiempo la gente me pregunta si hay más», apunta Olmo.

Futuro

Mientras los clientes aprovechan los descuentos, Olmo va lanzando currículums en otros lugaresporque ha perdido las ganas de continuar con el negocio que ha tenido durante gran parte de su vida. «Soy una persona sencilla. He vivido una vida austera, con unos gastos mensuales justos, y el dinero que he ganado lo he utilizado para pagar los estudios de mis dos hijas», expresa Olmo, quien manifiesta que pondrá facilidades para traspasar el negocio a fin de que no se pierda: «Me gustaría que alguien pudiera seguir. En mí no me importa regalarlo y estar durando un año enseñando a alguien el oficio de relojero». Comenta que, exceptuando el pago del local, estaría dispuesto a regalar material al hipotético comprador. Porque para él «ya no es agradable vender. Me da mucha pena, pero ya he perdido las ganas de seguir aguantando eso», manifiesta.

Además, en relación a la parte del negocio que se dedica a hacer fotografías de carné, informa de que podría dejar de darle beneficios, «ya que ahora desde la administración pública dicen que las fotografías las hará la policía». Siguiendo esta misma línea, se lamenta del precio de la cuota de autónomos.

Después de tomar esta decisión, ahora el planA de Olmo es encontrar otro trabajo que lo mantenga ocupado. «No quiero tener la obligación de estar en la tienda haciendo una cosa que no me hace feliz», expone. Porque, según resume, «el problema no es que el negocio vaya mal, sino la tendencia actual», una tendencia, marcada por la era digital, en la cual no se siente cómodo.