Denuncian una presunta estafa en una promoción de viviendas del Catllar

Doce familias de la demarcación de Tarragona han presentado una demanda civil contra la promotora inmobiliaria Smartliving Barcelona por apropiación indebida de capital y esta semana presentarán también una querella por posible estafa. Y es que, después de casi un año de haber abonado los contratos de reserva para la compra de una vivienda sobre plano de la promoción Los Olivos del Catllar, a finales de febrero se les informó de la cancelación de la promoción inmobiliaria y todavía no han conseguido recuperar todo el dinero que se entregó a cuenta.

Los hechos se remontan en el mes de abril del año pasado, cuando Smartliving Barcelona encargó a Funkel Marketing, una empresa más conocida como Metrohome, la comercialización de la promoción Los Olivos, ubicada a la urbanización Mas de Cargol del Catllar. Según explica la abogada de los afectados, Àngels Montañola, Metrohome hizo los contratos de reserva de las viviendas a cada uno de los clientes, pidiendo el 5% del total del coste, una cantidad que oscila entre los 10.000 y los 15.000 euros, «cuando habitualmente se pide entre 2.000 y 3.000 euros, sea cuál sea el coste total de la casa». El pasado mes de julio, la abogada presionó Metrohome para conseguir un contrato de arras para algunos de los afectados. «Lo hice para asegurar que, si no se cumplían los plazos, mis clientes tuvieran asegurado no sólo el retorno del dinero entregado a cuenta, sino la duplicación de esta cantidad». A otros afectados, sin embargo, no sólo no se les hizo este tipo de contrato, sino que se les pidió más dinero «en concepto de ve a saber qué», comenta Montañola.

Al ver que las obras no empezaban, los afectados presionaron Metrohome, que «culpó al Ayuntamiento del Catllar de un retraso en la tramitación de las licencias, una cuestión que el consistorio negó alegando que no había entrado ninguna solicitud de licencia para esta promoción,» explica a la abogada. «Parece que en septiembre sí que se presentaron los papeles a la administración, pero no se consiguieron los permisos poralguna desavenencia entre las partes», añade. En enero de este año, una vez caducado el contrato de arras, Montañola pidió, a través de un burofax, las arras dobladas de los clientes a Smartliving y la «sorpresa fue que el domicilio social de la empresa era desconocido». «Entonces envié otro burofax a la dirección de las oficinas técnicas de Smartliving a Barcelona y este fue rechazado», añade. «Eso ya empezaba a apestar», comenta Montañola.

Finalmente, en febrero, consiguió que alguno de los afectados recuperara el importe de las arras, «pero no dobladas». De otros, en cambio, no sólo no han podido recuperar el dinero, «sino que han llegado a pagar hasta 55.000 euros, que ahora también estamos reclamando porla vía judicial,» apunta a Àngels Montañola.

Entre todos los afectados han perdido entre 160.000 y 170.000 euros. «Hablamos de parejas jóvenes que, en algunos casos, habían destinado todos sus ahorros a la compra de estas casas y ahora se encuentran sin casa y sin el dinero», explica Isaac González, al abogado penalista que colabora con Montañola y que llevala querella por presunta estafa. Según González, «esta promoción no se hará nunca y, por lo tanto, hay que investigar qué ha pasado, no sólo porque no han devueltoel dinero a los afectados, que estaríamos hablando de apropiación indebida de capital, sino porque eso apesta a engaño. Como puedes pactar unos plazos de construcción si no has pedido ni la licencia», apunta. «Se por eso que necesitamos ayuda del juzgado y presentaremos esta semana una querella por presunta estafa», dice.

Según explican los abogados, una de las empresas implicadas, Metrohome, cuenta, entre sus caras visibles, con Yago Zarroca, «con que sabemos que está siendo investigado por otras presuntas estafas, es por eso que pensamos que hace falta investigar el caso y pedir justicia para un conjunto de familias que han invertido todo su dinero en lo que tenía que ser su casa para muchos años y ahora se encuentran sin casa y sin dinero».