Accident IQOXE
Iqoxe no volverá a fabricar el producto ni utilizará la planta accidentada
La empresa ha invertido 40 millones de euros en mejoras, como la bunquerización de la sala de control
Iqoxe cree que será imposible saber la causa de la explosión que provocó a tres muertos en enero del 2020, en un caso judicializado todavía en fase de instrucción. Dos años después del grave accidente en el polígono petroquímico sur de Tarragona, la empresa ha querido mostrar las instalaciones para demostrar que está preparada para volver a producir y que lo hará con las máximas medidas de seguridad, como la bunquerización de la sala de control. Se han invertido 40 millones de euros.
La planta de derivados donde explotó el reactor, sin embargo, no se ha reconstruido ni tampoco se utilizará la tecnología ni el producto. «Aprendemos por desgracia de los accidentes», sostiene el director de la planta, José Manuel Segura, que también asumirá la dirección general de la compañía.
Una explanada asfaltada ocupa la «zona cero» de la planta accidentada y desmantelada en la explosión en IQOXE, el accidente químico más grave de los últimos años en el estado español. Dos años después, la empresa vuelve a operar con normalidad, con la planta principal de óxido de etileno y glicoles y las cuatro -antes cinco- de derivados de óxido de etileno. «La U-3100 no se ha reconstruido, no se volverá a utilizar aquella tecnología ni tampoco aquel producto», garantiza el director de la planta, José Miguel Segura.
IQOXE presume de haber invertido 40 millones de euros y un millón de horas de trabajo para reconstruir y actualizar las instalaciones, en marcha desde este enero, justo dos años después del accidente. Entre las medidas de seguridad incorporadas destacan las nuevas salas de control bunquerizadas, sobre raíles, para que la estructura pueda absorber ante una ola de choque. También se han instalado sistemas de detección de diferencias de presión o temperatura, y se ha mejorado el sistema contra incendios.
Más seguridad de la exigida
«Hemos aplicado medidas adicionales, más allá de la normativa vigente», se insiste desde la empresa, que ha querido remarcar, sin embargo, en que la fábrica era tan segura entonces, cuando se produjo el accidente, como lo puede ser ahora. Cuanto menos, otra de las medidas más significativas es un sistema para guardar una copia de seguridad del proceso productivo, alejada de las instalaciones, para que nunca se llegue a destruir, tal como pasó en la explosión, cuando desaparecieron todos los datos.
La fabrica por primera vez ha organizado este jueves una jornada de puertas abiertas con voluntad de dar una imagen de transparencia y ganarse la confianza de la sociedad tarraconense. Pero a pesar de la decisión «drástica» de no utilizar nunca más aquella tecnología e ir introduciendo más capas de seguridad», la compañía es consciente de que la imposibilidad de argumentar una causa sigue generando mucha desconfianza hacia esta empresa y la industria química de Tarragona.
La imposibilidad de aclarar la causa
«Está en los juzgados, no queremos intervenir en el proceso, hay muchos informes, pero no hay una causa, no ha habido fallos ni de protocolos ni técnicos y estamos esperando que el juez dictamine», ha afirmado el director general, Javier Benito. A la vez, sin embargo, ha matizado que tampoco se puede hablar de un error humano y nuevamente se ha remitido a que la justicia decidirá. La empresa tampoco todavía se explica la gran dispersión de fragmentos a raíz de la explosión a mucha distancia y que uno causara una muerte.
La compañía tampoco tiene decidido si reclamará a la empresa licenciataria de la planta accidentada y que, de momento, sin nada en claro, todo son «especulaciones». De hecho, ambos directores han insistido en que tampoco tienen respuesta a los numerosos interrogantes que ciernen sobre el fatídico accidente, excusándose por el hecho de que ocupan el cargo recientemente y no estaban. A su vez, han asegurado mantener muy buena relación tanto con el comité de empresa como con las administraciones que han seguido el caso.
«Una química que mira al futuro»
Actualmente en IQOXE trabajan 130 personas, con una edad media de 46 años, y una antigüedad que ronda de los 15,5 años. El 90% de los empleados están fijos, con el objetivo de llegar al 100% una vez vaya incrementando la actividad de la zona de derivados. Buena parte del óxido de etileno fabricado en IQOXE -produce 140.000 toneladas/año- se suministra en el mismo polígono petroquímico. «Con todas las plantas en marcha ahora toca la consolidación, ha sido un proceso largo y tedioso, nuestra prioridad es la seguridad», dice Benito.
El nivel de facturación de IQOXE se mantiene todavía ligeramente por debajo, respecto antes del accidente, si bien el ritmo de ventas ya ha llegado a niveles del 2019. El presupuesto de ventas se sitúa este 2022 en los 119 millones de euros. «Es una química que mira al futuro», concluye al director general. Entre los proyectos de futuro, se están gestionando las autorizaciones para la instalación de una planta fotovoltaica de autoconsumo sobre tejados, de 1,1 MW, que permitirá cubrir el 20% del consumo eléctrico de la fábrica.