Cultura
Un tercio de las palmas artesanales que se hacen en la Vilella Baixa se venden por internet
La mayoría de los pedidos son nacionales, pero también se venden a Francia, Italia o los Estados Unidos
Durante cuatro generaciones, la empresa familiar Palmes Viaplana ha elaborado palmas para lucir el Domingo de Ramos. Actualmente, una de cada tres palmas que se hace a mano en este taller de la Vilella Baixa (Priorat) se vende en línea. El palmero Joan Vaqué apunta que aunque este canal de venta se abrió hace 7 años, no dejó de ser testimonial hasta el estallido de la pandemia. «Cuandoabres una tienda en línea, te abres en el mundo. La mayoría de pedidos son de Cataluña o el estado español, pero también tenemos de Francia, Italia, Andorra o los Estados Unidos», explica Vaqué. Entre los compradores hay dos perfiles: por una parte, los que mantienen la tradición religiosa y de la otra, los que valoran la importancia de un producto totalmente artesanal.
Después de dos años condicionados por la pandemia, la producción de este año se parece a la de 2019, con miles de palmas hechas para ahijados y padrinos. Principalmente, las palmas hechas en la Vilella Baixa se distribuyen en jugueterías y floristerías de todo el país, y de forma puntual, en algunas cesterías que se mantienen en activo. «Antes de la pandemia hicimos un estudio de mercado en Cataluña y vimos que es un desierto comercial», sentencia Vaqué.
En el taller del Priorat donde se elaboran las palmas de forma manual quedan algunas cajas que se reservan para la venta en línea de cara a los días posteriores al Domingo de Ramos. Según el palmero, la compra de este producto tuvo su punto álgido el fin de semana pasado, pero después de este domingo, hay quien aprovecha la tienda virtual para encargar su palma. «Normalmente son personas que se han olvidado de comprarla con antelación o bien la compran como un presente», apunta a Vaqué.
Preocupación por la pérdida de valorización del público
Entre las dificultades a las cuales tiene que hacer frente esta empresa familiar se encuentra la pérdida de valorización por parte del público. «Nos preocupa que la gente no se dé cuenta de que tiene en frente un producto que se hace a mano y uno a uno», lamenta Vaqué. En esta línea, considera que la peor competencia no es la producción industrial, sino que la tradición de regalar palmas por Semana Santa se pierda por completo. De momento sin embargo, asegura que la demanda de este elemento vinculado estrechamente al cristianismo se mantiene. Ahora bien, más allá de la tradición religiosa, regalar palmas también se asocia al cambio de equinoccio de primavera, tal como apunta Vaqué.
El futuro, visto con «incertidumbre absoluta»
El relevogeneracional es el otro reto pendiente de superar en un negocio como el de Palmes Viaplana. «De la generación de mi abuela a la de mi padre no se perdió nada del oficio, pero de la nuestra a la de mis hijos sí. A cada colada perdemos una sábana», argumenta Vaqué. Ante esta situación, el futuro se ve con «incertidumbre absoluta» desde la Vilella Baixa. El incremento de costes de transporte y del precio del plástico y cartón, sumado al estancamiento de precios del producto final también influyen en el margen de beneficio de esta empresa que acumula cuatro generaciones de trabajo. Unas circunstancias que según Vaqué, hacen que se centren en el hoy y el ahora para encarar la próxima campaña.
A pesar de ser un negocio muy estacional, la preparación de las palmas empieza meses antes de la Semana Santa. Entre octubre y noviembre se empieza a recoger la materia prima con que se harán las palmas y hasta febrero, los trabajadores de esta empresa elaboran sin pausa este producto. Una vez hechas, es momento de preparar cada paquete para su distribución y venta final. Se trata de un proceso que requiere una previsión de un año vista.
Palmas solidarias para abuelos y abuelas
A raíz de la pandemia, Palmes Viaplana impulsó una campaña solidaria para hacer llegar palmas en las residencias de personas mayores y centros de día. Una iniciativa que se ha mantenido desde entonces y que actualmente destina el 1% de las ventas en línea a esta causa. «Es un detalle que reanima a los abuelos a su infancia, cuando ven la palma abren los ojos de golpe, estamos muy satisfechos de haber impulsado esta propuesta», reconoce Vaqué.