«No puedo, ni quiero, hacer historias morales en las que la protagonista siempre sale adelante»

—Los aspirantes a Ramon Llull se presentan con seudónimo, pero pienso que, quien lo ha leído, la puede reconocer fácilmente.

—Uno de los miembros del jurado me explicó que enseguida lo supo, que era yo. Yo también pensaba: cuando se encuentren el tercer paréntesis, ya lo sabrán . ¿Pero es igual, no? También pasa que, como la novela está escrita en primera persona, si el género del lector coincide con el del autor, suele buscarlo y encontrarlo, se imagina su voz. Siempre pido que no me vean a mí, pero eso también los pasa a otros colegas que utilizan a la primera persona. Yo, cuandoleo Dinero , de Martin Amis, le veo la cara, no lo puedo evitar.

—se está hartando de pedir que no lavemos a Usted, en la protagonista, pero todos insistimos en señalarla.

—Sí, pero es igual, no pasa nada. El lector podrá disfrutar un poco más de la novela si no me ve a mí, pero no pasa nada.

—Es que Remei, que es la protagonista, tiene muchas cosas que nos hacen pensar en Empar. ¿No se lo esperaba, eso?

—Cuandotú retratas los otros, también te retratas a ti. Todo es biográfico, pero todo es ficción, y esta mezcla, para mí, es inevitable. Además, yo me lo tengo que copiar todo. Copio una cara o un cuerpo que me gusta, un tono de voz, una casa... La distribución de la casa de la protagonista es la de un amigo que es violinista. Sin querer, me lo he copiado.

—Parece pues inevitable que el mundo del autor filtre por algún agujero de su obra. ¿Qué frontera se marca?

—Nunca hago planos. Alguna vez sí que sólo tengo un final, y entonces tengo que construir la historia, pero otras veces no. Es aquello tan cursi de Es que los personajes se me llevan … Pero es un poco verdad: te caes del caballo y aquello se te lleva. Por otra parte, hay una cosa que la tengo muy clara, y es que no puedo, ni quiero, hacer historias morales como las que encontramos en series comoGambito de dama . No digo que la serie no me guste, pero esta fórmula de mujer en un mundo de hombres, con un problema, pero que siempre sale adelante... Eso, no. A mi no me sale salvar tanto a los personajes. Y no quiere decir que los deje caer, sino que los acompaño, pero aquello que hacen tampoco es exactamente aquello que yo haría o recomendaría.

—En Benvolguda, la primera persona en la narración es clave.

—Sí, pero las primeras personas son muy arriesgadas. Si salen bien, son el doble de vivas, pero si salen mal, son una hostia contra la valla, en la página 3. Esta es su magia. Aunque dudé e hice pruebas de todo tipo, pensé que la historia la pedía. Me pasó una cosa parecida con el presente y el pasado, y al final escogí el tiempo presente porque da esta idea de corriente de pensamiento. Por eso también incluí unos pequeños cortesen los capítulos, no lo había hecho nunca y también era un riesgo, pero estoy contenta de haberlo hecho.

—Y la crítica, comola digiere?

—Si las críticas son buenas, eres muy feliz. Si no, sabe mal. Es verdad aquello que dependes de la bondad de los extraños: si todo el mundo empieza a decir que la novela le ha gustado, pues perfecto, pero si te dicen que el niño es feo...

—También puede pasar de que el autor se sienta incomprendido.

—Sí, pero normalmente, los críticos tienen razón. Además, las críticas no suelen ser muy diferentes. Yo, pensando en la crítica, sufría porel final de la novela, porque no es un final salvador. Pero todas las críticas dicen que el final es redondo, tanto miedo que tenía yo. Las críticas son interesantes. Leí una que afirmaba que la protagonista tenía un pasado de abusos que exageraba. Y esta lectura me parece supercuriosa, porque en un momento dado lo dice, Remei, que los ha exagerado. ¿Sin embargo, es verdad o no? Lo que dice el crítico no es exactamente lo que yo pensaría, pero está bien.

—En la novela, la protagonista clama poruna Nueva literatura contemporánea menopáusica . ¿Es lo que ha hecho? ¿Cómo le ha ido?

—A la rueda de prensa del premio me preguntaron si había escrito una novela sobre la menopausia. Yo respondí que no, porque lo creía, pero ahora veo que trata más de la menopausia de lo que me pensaba. Quizás alguien joven o no tan joven, dirá ¡Qué palo! , pero yo quería hacer una obra literaria al respecto. ¿Verdad que todos hemos leído Philip Roth, que explica el declive sexual masculino, y nos ha gustado? Y, además, nadie ha dicho que sea un libro para hombres. Yo espero que nadie diga que el mío es un libro para mujeres. De hecho, no lo han dicho, pero si lo dijeran, tampoco lo notaríamos, porque el mayor número de lectores de literatura de ficción son mujeres.

—Y ahora qué, Empar? ¿Ya está haciendo todo lo que quiere hacer?

—Si pudiera, me gustaría mucho hacer un programa de libros con formato de late show , con muchos escritores hablando con pasión, como si fuera un programa de fútbol. Y también escribir teatro. Pero vaya, ya estoy muy contenta escribiendo.