Sociedad
Las mujeres rurales de Solivella reivindican el xipella
El Ayuntamiento impulsa la publicación de un cuento infantil por Sant Jordi escrito con este hablar
Las mujeres rurales de Solivella se han empoderado y reivindican el suhablar, el xipella, como patrimonio inmaterial. Hace tres años, el Ayuntamiento impulsó el proyecto Rurals/Som Xipella para hacer visible a las mujeres del mundo rural y para salvaguardar su diversidad lingüística. De hecho, Solivella es uno de los pocos pueblos de la Conca de Barberà que todavía lo hablan, aunque lo hacen, mayoritariamente, sólo las personas mayores. «Queremos que no se rían cuando lo hablamos», expresa a la concejala de Cultura, Sílvia Iturria. La iniciativa ha promovido varias actividades desde su puesta en marcha, como el documental 'Lis aspergis salpiquen'. Ahora, prepara la publicación del cuento infantil 'Entre totis lo apriarem', prevista por este Sant Jordi.
La pérdida del xipella
El xipella lo configuran un conjunto de hablaresque pronuncian 'i' en las 'e' átonas finales y que se ubican en la zona de transición que va desde los Pirineos hasta el Priorat, a caballo entre los dos bloquesdialectales del catalán, el occidental y el oriental. «No configuran ni un dialecto ni un subdialecto, al principio del siglo pasado, mosén Antoni Maria Alcover, fue la primera persona que dio testimonio, con estos cien años de diferencia las hablas xipella han ido retrocediendo», explica Pere Navarro, profesor titular del Departamento de Filología Catalana de la Universidad Rovira y Virgilio (URV).
ParaNavarro es imprescindible que los hablantes del xipella se saquen la «mala conciencia» de pensar que hablan incorrectamente. «La gente habla como ha aprendido en su casa y la mejor manera es la aprendida de los padres y abuelos, es la primera marca de autenticidad que tiene el ser humano», asegura el profesor. Por este motivo, señala, es importante que los hablantes vean la diversidad como un hecho positivo. «Recuperar o no el xipella dependerá de la voluntad de las personas; el hebreo se había dejado de hablar y con la creación del nuevo estado de Israel, lo resucitaron, las lenguas no viven ni mueren, simplemente son utilizadas o lo dejan de ser y, a diferencia de la muerte, la recuperación lingüística es un hecho quer se puede revertir», sentencia.
Actualmente, el xipella se habla en pocos municipios de la comarca de la Conca de Barberà. Aparte de Solivella, también lo usan los vecinos de Rocafort de Queralt, Blancafort o Pira. Sin embargo, no hay ningún estudio que cuantifique el número de hablantes. «A principios de siglo pasado mosén Alcover documentó el xipella en l'Espluga de Francolí, en Santa Coloma de Queralt y en Pradell de la Teixeta, y hoy no lo habla nadie en estas poblaciones», indica Navarro.
Una de las vecinas de Solivella, Pepita Español, reconoce que hasta hace unos años, no eran conscientes de hablar xipella, un rasgoque los diferencia de otros municipios de la comarca. «Lo hemos sabido ahora de mayores, hablábamos tal como nos enseñaron los padres y los padrinos», asegura. Otra vecina, la M. Carmen Montseny, relata que a veces, en otras poblaciones se extrañaban cuando los oían hablar, pero con el paso del tiempo se ha ido normalizando esta situación. «Cuando iba a Barcelona pedía 'bajoquis' en vez de 'mongetis'», recuerda. Recientemente se ha trabajado para realzar este hablar entre los habitantes de este pueblo.
Proyecto Rurals/Som Xipella
El Ayuntamiento de Solivella ha impulsado varias acciones dentro del proyecto Rurals/Som Xipella para dar visibilidad a la mujer del mundo rural y al xipella. Uno de los ejemplos es el documental 'Lis aspergis salpiquen', que se estrenó el verano pasado y que se volverá a proyectar el próximo viernes en el Museo de la Vida Rural de l'Espluga de Francolí. Sus protagonistas son mujeres jubiladas de Solivella que explican sus memorias y experiencias.
La concejala de Cultura e impulsora del documental detalla que el proyecto Rurals/Som Xipella nace para cambiar la situación de invisibilidad de las mujeres rurales, que han quedado relegadas en el ámbito del cuidadode los maridos, hijos y progenitores. «Aparte de ser protagonistas del documental, las mujeres cosieron palabras en desuso con 'patchwork' o con punto de grave, que se mostraron en una exposición», detalla Iturria. En el futuro confía en que los hombres del municipio se puedan sumar al proyecto, tal como ya han hecho los niños a través de la escuela. «Es un proyecto de largo recorrido, comunitario y participativo, que quiere crear un espacio de diálogo, porque tenemos que reivindicar la cultura como la respuesta creativa a retos actuales», subraya.
Entre los últimos proyectos promovidos, destaca la publicación del cuento 'Entre totis lo apriarem', escrito paraToni Sans Orpinell e ilustrado por Rubèn Montañá Ros. Está previsto que el libro se publique este Sant Jordi. Según explica Iturria, tanto el cuento como el documental formarán parte de las asignaturas de dialectología, como material académico de las universidades que lo requieran.