Judicial
Ocho años de internamiento para el joven que arrancó los ojos a un vigilante de El Dorado de Cambrils
Las partes han llegado a un acuerdo y la sentencia es firme
El joven que arrancó los ojos a un vigilante de seguridad del hotel El Dorado de Cambrils ha sido condenado a una pena de 8 años de internamiento. Los hechos tuvieron lugar la noche del 5 al 6 de julio del 2021. El chico, que entonces tenía 17 años, sufrió un brote psicótico y atacó brutalmente el trabajador del hotel, que ingresó en el hospital en estado muy grave. El joven tuvo que ser sedado durante la detención por parte de los Mossos. La fiscalía pedía inicialmente una pena de 10 años de internamiento. Finalmente las partes, pero, después de un periodo de negociaciones, han llegado a un acuerdo de conformidad en la comparecencia celebrada este miércoles al Juzgado de Menores, según han confirmado a la ACN fuentes judiciales. La sentencia es firme.
Según la sentencia del juzgado de menores de Tarragona, el vigilante acudió en la habitación del agresor después de que este, estando con su madre, mostró un comportamiento «extraño» y «agresivo». El joven agredió brutalmente al vigilante, que ejercía como auxiliar de vigilante de seguridad, golpeándolo reiteradamente por todo el cuerpo y arrancándole los ojos.
La víctima sufrió traumatismo craneoencefálico muy grave y numerosas lesiones de los en la zona de los glóbulos oculares y el cráneo. Después de pasar 43 días en el hospital, 36 a la UCI, las secuelas lo dejaron en un «estado vegetativo permanente», con «ceguera total» y el perjuicio estético causado por las heridas. En septiembre de 2021 fue ingresado en una residencia dado que es dependiente para todas las actividades básicas diarias.
El joven condenado también golpeó violentamente el mobiliario del hotel El Dorado, causando daños por valor de 1.143 euros, e intentó sustraer la pistola reglamentaria de uno de los agentes de los mozos que acudieron al lugar de los hechos, al cual le llegó a dar un cabezazo.
Según la sentencia, el joven «presentaba disminución severa de sus capacidades intelectivas y volutivas» en el momento de los hechos. El menor había sido diagnosticado con diferentes trastornos mentales, con sintomatología como fobia social, incapacitado de controlar los impulsos, tendencia al aislamiento social y sintomatología de angustia y depresiva. A raíz de los hechos, fue internado cautelarmente en un centro bajo régimen encierro terapéutico.