Lilla espera todavía resolver las responsabilidades por las grietas provocadas por la construcción de la A-27

Lilla encara la recta final del peritaje de las grietas que han hecho movilizarse este pequeño pueblo, pedanía de Montblanc, desde hace casi tres años. Fue a finales del 2019 cuando aparecieron las primeras rendijas en varios inmuebles, coincidiendo con las voladuras para la construcción de la autovía A-27, muy cerca del pueblo, que incluye un complejo túnel. Hoy día ya hay noventa casas afectadas del centenar que hay en la pedanía.

Las quejas vecinales forzaron un nuevo peritaje -el tercero- que ahora llega a su proceso final. El objetivo es de aclarar si realmente las obras originaron los daños y se asuman responsabilidades, tal como reclaman los vecinos, que no han arreglado nada a la espera de recibir alguna indemnización.