Los vecinos de Barenys interpelan Granados sobre el Eje Cívico en el pleno de Salou

Tres minutos. Este es el tiempo con que contó ayer Rafel Querol, presidente de la Asociación de Vecinos Barenys-Playa de Ponent, para interpelar directamente al alcalde de Salou, Pere Granados, sobre los edificios proyectados en el Eje Cívico en el pleno del Ayuntamiento. La intervención de los vecinos obtuvo recompensa. Granados se comprometió a incorporar las propuestas ciudadanas para alcanzar el máximo consenso al proyecto y emplazó a los vecinos a una reunión mañana viernes.

Haciendo uso del artículo 9 del Reglamento de Participación Ciudadana por primera vez en el plenario, Querol pudo formular cuatro preguntas después de defender brevemente el rechazo de los vecinos a la construcción de edificios –un total de 306 viviendas– en la gran avenida que tiene que ocupar los terrenos donde permanecen las vías ferroviarias en desuso.

«El Eje Cívico es un reto del presente y será un legado para Salou en el futuro. Creíamos que, después de muchos años esperando la desaparición de las vías del tren, podríamos disfrutar de una gran avenida amable, pero se ha hecho un proyecto agresivo», decía Querol desde la silla del secretario municipal, al lado del interventor. «No tiene ninguna justificación construir más edificios, porque son una agresión a los existentes. Será una avenida asfixiadacon edificios encajados a la fuerza», afirmaba antes formular las cuatro preguntas.

Acto seguido, Querol preguntaba cómo se había hecho efectiva el paro de la parte de las edificaciones en el proyecto después de que el alcalde lo anunciara a la prensa y, sobre todo, cómo se había ejecutado técnica y formalmente teniendo en cuenta que el proyecto consta de un único ámbito. El presidente de los vecinos pedía también documentación que lo acreditara a pesar del calendario de resolución de las alegaciones que los vecinos han presentado.

Granados aseguraba que la paralización de la propuesta de estudio de ordenación del Eje Cívico presentada como un solo ámbito y aprobada inicialmente por el plenario municipal había sido ordenada verbalmente por él mismo a los servicios técnicos municipales. Añadía que se había hecho con el fin de someter «a estudio y reconsideración la parte de implantación de edificios» mediante la apertura de un proceso de diálogo y participación con vecinos y propietarios de los edificios contiguos «que supone complementar el periodo de exposición pública y de alegaciones ya cerrada». El proceso abierto recogerá las propuestas «para replantear el ámbito de las edificaciones e incorporar las modificaciones sustanciales y otros cambios que el mismo alcalde, yo, estime introducir», decía Granados. Añadía que la orden verbal no obliga en ningún acta formal ni procedimiento administrativo y, por lo tanto, «no procede a ningún registro formal, ya que lo que se detiene es sólo el estudio técnico con respecto a la zona de las edificaciones», en respuesta a la petición de documentación hecha por los vecinos.

Cuando se cierre el nuevo proceso de consulta que se abrirá, según Pere Granados, las propuestas se incorporarán al trámite de alegaciones, para después someter el estudio a una nueva aprobación y, por lo tanto, a un nuevo periodo de alegaciones.