Municipal
Cambrils estudia una solución para reducir el mercadillo del 'top manta'
El Ayuntamiento podría aplicarla en los próximos días para obstaculizar la actividad de los vendedores
El Ayuntamiento de Cambrils está estudiando aplicar una medida que reducirá sustancialmente la presencia de vendedores del top manta en el Cap Sant Pere, la zona del término municipal que toca con Salou, y que podría ejecutar en los próximos días si se confirma su viabilidad. Fuentes municipales aseguran que el Ayuntamiento se ve obligado a actuar de forma unilateral ante la pasividad de los cuerpos de seguridad –tanto catalanes como del Estado– con respecto a un fenómeno que la Policía Local de Cambrils no puede combatir en solitario.
Aunque las mismas fuentes se niegan a anunciar la medida hasta que no se ponga en práctica, todo apunta al hecho de que se trabaja en una solución que obstaculizaría la instalación de los vendedores ambulantes en el paseo, a primera línea de mar, donde cada año despliegan sus productos –la mayoría camisetas, calzado deportivo o bolsos– de marcas falsificadas.
Poco margen de maniobra
Fuentes del Ayuntamiento recuerdan que la Policía Local sólo tiene competencias para actuar ante la ocupación de la vía pública y por venta ambulante sin licencia, pero como la mayoría de vendedores son inmigrantes sin enraizamiento, ni documentación, las sanciones no llegan a buen puerto. Afirman que se trata de una problemática que desborda sus competencias, por lo que tiene poco margen de maniobra, más allá de velar para que el fenómeno no se extienda por todo el municipio.
En este sentido, recuerdan que, en marzo, se convocó una Junta Local de Seguridad con representantes de todos los cuerpos policiales, catalanes y estatales, y de la delegación del Gobierno de la Generalitat y del ejecutivo central para abordar posibles soluciones antes de que empezara la temporada turística. Sin embargo, finalmente, el consistorio cambrilense se ha quedado solo ante el problema.
Los Mossos acuden de apoyo de la policía local si se producen disturbios o se detecta la comisión de un delito y la Policía Nacional tendría que actuar por la venta de productos falsificados. Con la vuelta a la normalidad después de dos años de covid, el mercadillo volvió a instalarse ya el año pasado en el último tramo del paseo que transcurre a lo largo de la playa, y lo hizo con el mismo volumen de vendedores que antes de la pandemia.
El consistorio cambrilense calcula que hay un centenar de personas –prácticamente todas de origen senegalés– que ponen el puesto|chiringuito cada día, de sol a sol y a las noches, hasta que la afluencia de turistas paseando empieza a aflojar|disminuir. Las altas temperaturas que se están registrando desde principios de verano han hecho que, aparte de las sábanas donde colocan las mercancías, los vendedores desplieguen parasoles.