El sonido de un televisor rompe el encanto de un cuarteto de cuerda en la Vila Closa de Altafulla
El sonido de un programa de televisión proveniente del Castell de Altafulla se mezclaba con la música
El encanto de escuchar música clásica en un lugar como la plaza de la Iglesia de la Vila Closa de Altafulla se rompió el miércoles de forma repentina cuando las notas del cuarteto de cuerda del Hair Ensamble de Praga empezaron a mezclarse con las voces de lo que parecía una discusión acalorada. La música provenía del Castell de Altafulla –Castell dels Montserrat-, donde alguien abrió ventanas y balcones de una de las fachadas que tocan en la plaza, pero al público del concierto le costó un rato descubrirlo. «El concierto empezó con las explicaciones de Eduardo García, el primer violín del cuarteto –que es un leridano establecido en Praga–, quien nos adelantó lo que íbamos a escuchar en catalán, lo que es de agradecer», dice una de las personas asistentes al concierto. «La primera parte transcurrió con normalidad, pero, antes de la media parte, se empezaron a oír unas voces discutiendo, como si lo hicieran por teléfono...», continúa.
Pronto, el público entendió que se trataba de un programa de televisión que alguien estaba mirando con el volumen muy alto dentro del Castell de Altafulla, que es propiedad de la familia Suelves-Figueroa, los marqueses de Tamarit. «Nadie sabía de dónde venía aquel ruido, hasta que nos dimos cuenta de que salía del interior del Castell, de uno de los balcones que estaba abierto desde el principio del concierto», continúa el testigo.
Según relata la misma persona, otro espectador llamó a la puerta del Castell para pedirles que bajaran el volumen del televisor. «Cuando volvió a la silla dijo que les había pedido que lo hicieran, pero que le habían respondido que la música del concierto los molestaba y, por eso, tenían el volumen tan fuerte», narra el mismo testigo.
La situación hizo que otra persona del público llegara a gritar desde la plaza, entre movimiento y movimiento, para pedir apagaran el televisor. «Para mí fue de vergonzoso. Viene un cuarteto a tocar a un entorno privilegiado y se encuentra con eso», añadía el testigo. Las notas de Mozart de la segunda parte continuaron con las voces del programa de televisión de fondo con la estupefacción del público.
Fuentes municipales afirman que la concejala Marisa Mendez-Vigo, quien se encontraba entre el público, llamó a la puerta del Castell para pedirles que bajaran el volumen, sin éxito. Al día siguiente se hizo la misma petición de cara a los próximos conciertos y desde el Ayuntamiento aseguran que no se volverá a repetir un episodio parecido, destacando la buena sintonía con la propiedad.