Albió acoge una de las queserías más importantes de Cataluña

El mundo del queso artesano en Cataluña vive un momento dulce y el número de queseras ha ido creciendo hasta cerca de un centenar. El presidente de la Associació Catalana de Ramaders i Elaboradors de Formatge Artesà (ACREFA), Josep Martí, afirma que hay muchas ganas de probar y experimentar. «Todavía estamos en la etapa de la adolescencia», dice en una entrevista a ACN. De una época juvenil salen «locuras» como es El Gran Pep , un queso de cabra grande madurado en torno a un año que Martí elabora en su quesera en el núcleo de Albió, en el extremo norte de la Conca de Barberà, rozando con Lleida. Esta empresa familiar, con casi cuarenta años de trayectoria, exporta un 40% de sus productos. El año pasado facturó 1,2 millones de euros.

El presidente de ACREFA, Josep Martí Ninot, está al frente de la Formatgeria Sant Gil d'Albió, que tiene su planta de producción en el núcleo de Albió, en el municipio de Llorac, en un entorno conocido como la Valle del Corb. Así lo indica una discreta placa en la entrada de la tiendecita donde hacen venta directa y visitas guiadas.

El mural pintado ante la entrada, de temática ganadera, hace que la tienda, en una empinada calle, no pase desapercibida. El negocio, que empezó a elaborar quesos el año 1982, ocupa 1.000 m2 justo en medio del pueblo. Las instalaciones han quedado pequeñas. No pueden crecer más, pero ya les gusta así.

El pequeño obrador que inició su madre dentro de la casa solariega y los antiguos corrales se ha situado como una de las queserías catalanas más importantes consolidadas. Cuenta con una plantilla de diez personas y exporta el 40% de la producción a países como Estados Unidos, Canadá, el Regna Unit y Australia, entre otros.

90 toneladas y 8 tipos de quesos

La mitad de la producción va dirigida a distribuidores y grandes superficies, como Bonpreu, Caprabo y Plusfresc de Lleida, mientras entre un 10% y un 15% corresponde a venta directa a los clientes y a tiendas. La firma produce unos 90.000 kilos de queso anuales, entre las ocho variedades de quesos que elabora esta empresa familiar.

El que tiene más salida es el queso de cabra tipo Garrotxa-un 70% de la producción-, mientras el más singular es El Gran Pep , ambos premiados en los Lactium 2022. Toda la leche que utilizan como materia prima es de proximidad. La obtienen de seis ganaderos leridanos, a los que la quesera les compra la producción de todo el año.

La empresa consume alrededor de 750.000 litros de leche de cabra y 40.000 de vaca al año. Transportan la leche cada día hasta la fábrica para garantizar la máxima frescura. Sus quesos llevan el sello de calidad Llets de cabres catalanes, una agrupación de ganaderos y queseros que promueve el sector cabrío catalán.

De la adolescencia a la madurez

Con la pérdida de los quesos tradicionales en Cataluña, en la década de los años ochenta queseros con inquietud de reanudar la actividad empezaron a elaborar quesos a su manera, a diferencia de otras regiones europeas, con generaciones haciendo un único queso tradicional que les caracteriza e identifica.

«No estamos en los inicios, pero este conocimiento y dedicación no lo tenemos todavía, es la rareza del queso artesano catalán; por eso digo que estamos en la fase de la adolescencia, elaboramos diferentes quesos con técnicas diversas, y esta gran diversidad se convierte en una virtud y al mismo tiempo un handicap», añade Martí.

«Esta energía e inventiva también es una riqueza; somos un sector creciente, divertido y diverso, con ganas de aprender», reitera el presidente del gremio, que representa unas ochenta de queseras. «Y llegaremos a ser un sector maduro y consolidado, con más queserías, como cualquier país de Europa», concluye