Cultura
Altafulla cierra la 24.ª Feria de Artesanos después de cuatro días de actividad
A pesar de las inclemencias del tiempo, la muestra ha recuperado con éxito su máxima esencia
La villa de Altafulla ha celebrado desde el pasado jueves hasta ayerdomingo, la 24.ª edición de la Feria de Artesanos en la zona de las eras, detrás del Castillo, y en el parque del Comunidor. Un certamen que, a pesar de contar con un rato de viento o lluvia, ha recuperado su máxima esencia después de dos años marcados por la pandemia. El programa de este año ha contado con la participación de 120 puestos de todo tipo provenientes de todo el Estado español así como una muestra de oficios antiguos.
En este sentido, el coordinador de la Feria de Artesanos de Altafulla, Diego Spano, destacaba las demostraciones de «los trabajos propios de los herreros, los picapedreros, los carpinteros, los vidrieros y los sarroners», y decía que «el tope en el número de estands se ha marcado para garantizar su máxima calidad». Al mismo tiempo, la responsable del Colectivo de Artesanos, Laia Gatell, aseguraba que «estos profesionales ejemplares han hecho las delicias de un público de carácter familiar».
De hecho, la cita se ha enmarcado a mediados del mes de agosto, una época de máxima afluencia de visitantes, turistas y vecinos de segunda residencia en la villa cerrada. Además de los puestos, la programación que se ha diseñado ha contado con la participación y la implicación de las entidades del municipio así como un ensayo abierto del grupo de Bastoners y Bastoneres de Altafulla. También se ha recuperado la zona de artesanía infantil, con juegos, cuentistas y una granja, y un punto gastronómico. Para la ocasión, la organización, de la mano de la Policía Local, ha diseñado un dispositivo especial de movilidad.