Porrera fijará un límite de viviendas turísticas para fomentar la llegada de nuevos vecinos

Porrera (Priorat) fijará un número máximo de viviendas turísticas que puede haber en el municipio. El objetivo es hacer «más atractivo» el pueblo a partir de fomentar la rehabilitación de primeras residencias para facilitar la llegada de nuevos vecinos, según ha explicado el alcalde, Juan Carlos Garcia. El ayuntamiento está en conversaciones con la Generalitat para acabar de perfilar la normativa, que tiene que validar la comisión de Urbanismo del Camp de Tarragona. Tan sólo falta marcar un número máximo en las diferentes zonas de la localidad, que estaría en torno al 7% respecto el total de viviendas. Desde Urbanismo se ha apuntado que la regulación puede ser «un espejo» para otros municipios. Porrera, de unos 450 habitantes, tiene en torno a unas 90 camas turísticas.

«Intentamos buscar un equilibrio entre la oferta de alquiler de primera residencia y la vivienda turística», valora Garcia. Según detalla, en el pueblo cuesta encontrar viviendas en condiciones y eso hace que tanto los jóvenes como las personas de fuera que trabajan -entre 30 y 40- no se queden a vivir. Con el fin de frenar el despoblamiento desde el consistorio quieren hacer el municipio más atractivo. Para conseguirlo han apostado por llevar la fibra óptica, comprar un antiguo establecimiento para tener un bar restaurante que sirve de punto de encuentro o instalar una guardería dentro de la escuela.

En esta línea, el alcalde indica que la regulación de viviendas turísticas no pretende bloquear las actuales, sino establecer un tope de cara al futuro, con la voluntad de que algunas casas que se puedan reformar no se dediquen al turismo sino a alquiler habitual. «Poner un tope tampoco será una revolución pero es un paso más en las medidas que hemos podido sacar adelante», razona Garcia.

En concreto, la norma no pone límites ni en las casas de campo de personas que tienen ingresos agrícolas ni en las viviendas compartidas en que haya empadronado alguien del pueblo. Así pues, lo que se pretende es evitar que sociedades o propietarios de otros municipios masifiquen Porrera de camas para visitantes y que las casas que se arreglen se destinen a atraer nuevos residentes.

Este miércoles la regulación ha pasado un trámite más en la comisión de Urbanismo del Camp de Tarragona, que ha aprobado el acuerdo entre los técnicos del ayuntamiento y los de los Servicios Territoriales para que se determine un número máximo de pisos turísticos. Ahora será el consistorio quien lo tendrá que fijar y la propuesta tendrá que volver a ser ratificada por la comisión.