El Colegio de Educadores Sociales defiende el centro de menores de los Pallaresos

Ante el rechazo que ha soltado el anuncio de la posible abertura de un CRAE (Centro Residencial de Acción Educativa) en los Pallaresos entre los vecinos y el mismo Ayuntamiento del municipio, el Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Cataluña (CEESC) ha salido en defensa de los usuarios de estos centros, ya que «forman parte del circuito de protección a la infancia» y tienen derecho «a vivir donde sea, como el resto de ciudadanos». La oposición vecinal al CRAE se hará visible hoy en la concentración que se ha convocado a las seis y media de la tarde delante del Ayuntamiento de los Pallaresos, bajo el lema «¡Queremos decidir!». Lo cierto es que el consistorio de los Pallaresos también se mostró sutilmente contrario al centro de niños tutelados sugiriendo la ciudad de Tarragona como la ubicación más adecuada y añadiendo que la capital «tiene un grany diverso abanico de opciones, actividades y servicios que los Pallaresos no podemos ofrecer».

Delante de eso, desde el CEESC se afirma que «el debate no tendría que girar sobre si se quiere o no se quiere el CRAE, sino sobre la calidad del servicio que se dará, si tendrá profesionales cualificados, en qué las ratios entre educadores sociales y niños no sea muy alta, que los niños estén lo bastante integrados en el entorno y que no sea un macrocentro», en palabras de la vicepresidenta del colegio profesional, Patrícia Quílez.

Quílez distingue en el hecho de que no es lo mismo acoger un centro residencial de acogida a uno de menores conflictivos. «Al final son niños que necesitan la protección de la sociedad. Lo que sería ideal es que estos niños vivieran en familia, pero no hay bastantes familias acogedoras y, por lo tanto, se tienen que institucionalizar. El centro vela para que su entorno sea el más parecido a una familia. Son niños que entran y salen del centro con acompañamiento», explica Quílez.

La vicepresidenta del Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Cataluña asegura que los Pallaresos es un municipio con todos los servicios que necesitan para llevar a cabo una vida normal e integrarse con el entorno. «No son niños problemáticos y no tienen por qué serlo. Son personas que pasan por situaciones de dificultades personales. Si los estigmatizamos todavía más, se les hace muy difícil salir de esta rueda», añade.