Economía
Lleida, Terres de l'Ebre, comarcas Centrales y de Barcelona se recuperarán antes del choque de la covid
En cambio, el Camp de Tarragona y Girona no superarán la contracción del 2020 hasta el próximo año
La economía catalana creció un 5,8% en el 2021, pero se queda más de seis puntos por debajo de la intensa contracción del PIB del 2020, según el Anuario Económico Comarcal 2022 del BBVA, elaborado por el catedrático de economía de la UAB Josep Oliver. Tarragona (+7,4%) y Girona (+6,9%) son los territorios que más se contrajeron durante el 2020 y los que más han crecido en el 2021. Sin embargo, también son los que tienen «más camino por correr» y no recuperarán los niveles precovid hasta el 2023. En cambio, Lleida (5,8%), las Terras de l'Ebre (5,1%), el área metropolitana (5,5%), las comarcas de montaña (4,2%) y registran incrementos menores, pero esperan recortar las distancias con el 2019 con mucha probabilidad este mismo 2022.
Según el anuario, las comarcas que crecieron más que la media catalana se situaron, principalmente, en el nordeste del país y en el sur. Precisamente, Oliver considera que las Terres de l'Ebre, el área metropolitana, las comarcas centrales y el Plan de Lleida ya podrían haber recuperado las cifras precovid en la actualidad.
Osona es el territorio que más cerca está volver a los niveles pre pandemia, ya que sólo se encuentra un 0,4% por debajo del 2019. A continuación, se sitúan el Baix Llobregat (-3,1%), el Alt Penedès y el Moianès (-4,3%).
La bajada de la producción energética ha provocado que las comarcas del Pirineo sean las que más campo por correr tienen para recuperar la actividad económica perdida. Así, la Vall d'Aran (-29,8%), la Alta Ribagorça (-20,1%), el Pallars Sobirà (-17,5%) y la Cerdanya (-14%) lideran la lista de territorios con una caída más pronunciada del valor añadido bruto entre el 2019 y el 2021. La bajada del sector de la producción de energía y agua se notó especialmente en las comarcas de montaña (-15,6%) y de Tarragona (-7,5%).
También muestran descensos importantes la Selva (-12,8%), el Baix Camp (-11,5%), el Alt Empordà y el Maresme (-10,7%) y la Conca de Barberà (-10,3%).
Impulso turístico, agroalimentario e industrial
En toda Cataluña, el crecimiento del valor añadido bruto (VAB) se debió especialmente a la recuperación del sector servicios (+6,3%), marcado por el fuerte pero insuficiente crecimiento del turismo internacional. Las pernoctaciones hoteleras registraron marcadas diferencias territoriales con fuertes avances a la Costa Daurada (158%) y de Barcelona (105%) y a la capital catalana (85%), y con menores incrementos en los Pirineos (9%), que atrajeron a más visitantes en el 2020.
La agricultura creció un 2,9% con fuertes avances en el vino y uva, fruta fresca, seca y cítricos; mientras que la industria avanzó un 5,3%, con un notable incremento de las manufacturas. En la construcción, se registró un incremento del 1,6%, muy inferior al aumento de la afiliación (+4,9%).
La actividad industrial ha mejorado con fuerza en las comarcas del Camp de Tarragona por el impulso de la química y de Girona por el impulso del sector alimentario; mientras que el ámbito manufacturero creció con fuerza en las Terres de l'Ebre (+11,8%) y en el área metropolitana de Barcelona (+6,2%).
Recesión técnica
Según el experto, en general la economía catalana «rozará» la recuperación económica postcovid en el 2022, pero no la alcanzará hasta el 2023, año que estará marcado por los «vientos de cara fuertes» a causa de la inflación persistente y el alza de los tipos de interés. En este sentido, Oliver prevé que la economía catalán podría entrar en recesión técnica el primer trimestre del 2023, pero cogerá impulso de abril, y cerrará el año con crecimiento, según Oliver.
A pesar de Cataluña todavía necesitará más tiempo para reabsorber los estragos de la pandemia, en términos de afiliación la tónica es diferente, ya que los cerca de los 110.000 puestos de trabajo perdidos en el 2020 se recuperaron íntegramente en el 2021. Este aspecto es «crítico» para el economista, que ha asegurado que no se tiene que caer en el pesimismo de cara al año 2023.
«Si alguna cosa ha demostrado la covid, es que a nivel ocupacional el país tiene instrumentos que impedirán una eventual recesión en algunos sectores se traduzca en un aumento importante de la destrucción de empleo», ha insistido Oliver en el acto de presentación de la 28.ª edición del anuario.