Exalcalde de Vila-seca
Política
«Hemos sido investigados ocho años y medio para concluir que actuamos bien»
Después de la absolución de la acusación de presuntas irregularidades, Poblet destaca el acto de desagravio que le ofreció la corporación municipal
— Josep Poblet, alcalde Poblet, si me lo permite, ¿cómo han afrontado Usted y la concejala Manuela Moya estos ocho años y medio? — Lo hemos asumido como una circunstancia adversa, inesperada e injusta, derivada del cargo. La responsabilidad de gobernar nos llevó a seguir con nuestro trabajo por Vila-seca sin que el trabajo de defendernos hubiera dificultado nuestra gestión. En mi caso, que hace tres años y medio que no tengo ninguna responsabilidad pública, he esperado pacientemente el veredicto de la justicia, que no podía ser ningún otroque el de ratificar la corrección absoluta de nuestros actos, como así ha sido.
— Ahora que la justicia les ha dado la razón, ¿cuál es su opinión?
— El resultado es impecable: hemos sido investigados durante ocho años y medio para concluir que actuamos bien, que no cometimos ninguna irregularidad y que nuestra actuación fue correcta. Estaba en juego la credibilidad del ayuntamiento como institución y la nuestra como servidores públicos, y ha quedado acreditado que el Ayuntamiento de Vila-seca funcionaba correctamente y así sigue siendo, contando con el buen trabajo de todos y todas, cada uno con sus funciones. Las nuestras también.
— Ylos ciudadanos de Vila-seca, ¿qué cree que piensan?
— Estoy orgulloso de la respuesta de los ciudadanos y ciudadanas en su conjunto, en el 2014, y ahora. Entiendo los momentos de duda que algunos pudieron tener delante la desproporción de las acusaciones, pero nos hemos sentido siempre muy acompañados, como lo acredita la amplia mayoría obtenida enlas elecciones del 2015, en el que me volvieron a elegir alcalde para gobernar la ciudad. Hemos superado los obstáculos de una investigación implacable, de una oposición exigente y de una justicia que, antes de pronunciarse, lo ha querido tener todo claro. No hemos vivido una situación nada fácil, pero estoy satisfecho del final contundente de la pesadilla vivida.
—¿Cómo lo ha vivido desde su casa, desde fuera de la política?
— Lo he vivido pacientemente, con la serenidad que te da saber que eres inocente y que tienes la conciencia totalmente tranquila, pero indignado por la duración del calvario, por el sufrimiento de las personas que sufren las mismas circunstancias, la concejala Manuela Moya y el arquitecto Rafael Bertran, personas excepcionales, profesionales rigurosos, trabajadores incansables, de una honestidad e integridad totales. No nos merecíamos el trato que hemos recibido, ni este sufrimiento en silencio.
— ¿Qué esperaban de la actuación judicial?
— Ni nada más, ni nada menos que la sentencia que han dictado: «Procede sin más acordar la libre absolución de los cuatro acusados, con todos los pronunciamientos favorables. Los hechos objeto de este procedimiento no son constitutivos de delito alguno. Y en atención a lo expuesto, FALLAMOS que debemos ABSOLVER y ABSOLVEMOS al Sr. Josep Poblet Tous, a la Sra. Manuela Moya Moya, al Sr. Rafael Bertran Ferrús y al Sr. Jorge Batesteza Penna».
— ¿Yde los medios de comunicación?
— Hemos sido injustamente «asediados» por algunos medios de comunicación durante ocho años y medio. Algunas informaciones han ido más allá de lo que eran las noticias reales, creando una sospecha o una condena paralelas, injustas y no acreditadas, y eso duele, a nosotros y a nuestras familias. También, de manera indirecta, perjudicaba el valor más importante: la credibilidad de nuestro Ayuntamiento, la primera institución local. Ha habido medios escrupulosamente razonables en la imputación y firmes en la proclamación de la absolución, nada quedecir. Otros, en cambio, nos condenaron desde el primer momento y durante ocho años, especialmente en momentos electorales, y ahora no han escrito ni una línea del final absolutorio. Es triste este comportamiento, que hace un flaco favor a la sociedad y perjudica gravemente a las instituciones. Todos estos últimos que juzgaron anticipadamente, tendrían que publicar la sentencia y, como mínimo, limpiar toda señal del dañoque hicieron.
— ¿Está enfadado?
— Nunca he estado enfadado, sobre todo porque es imposible trabajar día a día desde el enfado o el resentimiento. Hemos estado siempre tranquilos y convencidos de nuestra inocencia, pero también dolidos e indignados por lo que comporta tener que soportar la más absoluta falta de respeto a la presunción de inocencia y «la condena antes de la sentencia» –practicada por algunos–, durante todos estos años. Ahora, por fin, estamos definitivamente tranquilos.
— ¿Tiene la sensación de haber ganado una carrera difícil y por etapas?
— Totalmente. Antes de esta satisfactoria resolución final, ya habíamos obtenido otros favorables de la Audiencia Provincial de Tarragona, que nos daban también toda la razón. También de la Fiscalía, que mantuvo y ha mantenido siempre su petición de sobreseimiento libre y archivo de las actuaciones de instrucción por no haber «nada de nada mal hecho».
— ¿Usted cree que la actuación inicial del Juzgado nº. 3 de Reus les perjudicó electoralmente?
— Mire, eso no lo sé, y es difícil de averiguar, pero recientemente, incluso desde la oposición municipal, hay voces que se preguntan si es legítimo obtener rentas políticas de imputaciones judiciales que acaban en nada. Y esta reflexión vale la pena tenerla presente porque es una lacra que menudea en nuestra sociedad y que nos tendría que hacer meditar.
— ¿Se tendría que evitar?
— Naturalmente, ya que si de un procedimiento de investigación se hace una causa de debate público –aprovechando perversamente la lentitud judicial y la morbosidad de una imputación a personas relevantes–, cuando llega la resolución final, por buena que sea, el daño ya está hecho. Y eso es muy injusto e irresponsable, y hace mucho daño al servicio público, por mucho que lo quieran ignorar.
— ¿Cree que sus adversarios políticos se aprovecharon?
— En primer lugar, quiero agradecer las actitudes de respeto institucional y de contención crítica o incluso de comprensión, que también hubo. Los dos grupos políticos enla oposición en la Corporación de 2011 a 2015 (PSC y PPC) además de revisar todos nuestros actos y asesorarse tal como tenían derecho, pidieron transparencia en todo momento, aun respetando la presunción de inocencia, y no se aprovecharon de nuestra posición de debilidad, muestra bien singular de convicciones democráticas y calidad personal y política. Otros, no actuaron así en el mandato siguiente, de 2015 a 2019, y con un claro intento de obtener rentas políticas de la situación judicial, cometieron el error de utilizar unas prácticas que nos situaban a nosotros en medio de la diana de sus desafortunadas actuaciones. Ni el equipo de gobierno, ni yo, ni tampoco la ciudadanía de Vila-seca, entendimos nunca esta forma de hacer oposición. No obstante, hay que reconocer que en el Pleno del pasado 28 de octubre, enmendaron de forma elegante aquellos errores pasados adoptando una clara actitud de desagravio, excepto unos pocos que optaron por un incomprensible silencio que extrañó a todo el mundo, después de la absolución y confirmación de la bondad de nuestros actos. ¡Allí ellos con sus conciencias! De todos modos, como se ha visto, es imposible ir en contra de la verdad y por eso ahora, más que nunca, apelo al sentido institucional y agradezco la capacidad de autocrítica y rectificación mostrada por los otros grupos políticos municipales.
— Dígame cómo se lo hicieron para, estando «investigados», concurrir a las elecciones municipales y ganar por sexta vez consecutiva por mayoría absoluta.
— Sólo hay una respuesta posible: desde la convicción de nuestra palabra, la transparencia de nuestras acciones y la bondad de nuestro trabajo. El equipo de gobierno de entonces y yo, conocíamos bien Vila-seca, entendíamos las críticas y las discrepancias en la acción de gobierno, pero sabíamos que la ciudadanía no se había creído las infamias que se dijeron de nosotros. Por esta razón, nos sometimos a la voluntad popular que nos dio un nuevo éxito electoral, por cierto, en tiempo de pocas mayorías absolutas. De las sesenta ciudades grandes de Cataluña, sólo hubo mayoría absoluta en seis, y Vila-seca fue una de ellas. Debió ser por alguna cosa.
— La fortaleza de esta confianza, ¿tiene otros cimientos?
— Estoy seguro. Compartir el modelo de ciudad que proponíamos, cumplir nuestro programa de gobierno, creer en nuestras propuestas de futuro y en las personas que las defendíamos, son las claves de aquella confianza. Siempre actuamos con un respeto escrupuloso por la confianza dada por nuestros vecinos. Nunca pedimos sólo el voto, siempre pedíamos la confianza y siempre la obtuvimos, atodos los barrios y atodos los núcleos, y a cada mesa electoral de nuestra población. Sin esta confianza no habríamos tenido la fuerza necesaria para seguir trabajando para Vila-seca.
— ¿Cómo se puede reparar el daño que se les ha hecho de manera infundada?
— Que yo sepa, no existe ningún procedimiento para reparar el daño que se nos ha hecho. Como se ha visto, no ha existido nunca ningún indicio fundado de incorrección en nuestras actuaciones municipales para dotar nuestra ciudad de un nuevo Centro de Salud, pero se hicieron caer sobre nosotros juicios anticipados y penas mediáticas, sobre todo por algunos medios de comunicación y determinados personajes que aprietan el amento de forma rápida, frívola, malintencionada, perversa y, como se ha podido comprobar, falsa, como la Candidatura de Unidad Popular –CUP–, de Reus. Me pregunto si ahora que la justicia ha emitido su veredicto, y se ha demostrado nuestra razón, tendrán el coraje de reconocerlo y pedirnos disculpas. Ya le anticipo que sabiendo cómo actúan, no cuento.
— El Pleno Municipal de hace pocos días dio cuenta de la sentencia a la Corporación y Usted asistió. ¿Qué valoración hace?
— De profundo agradecimiento al alcalde Pere Segura, al equipo de gobierno y a su portavoz, Xavier Farriol, y los antiguos portavoces del PSC, Alberto Miñambres y del PPC, Jordi Camarasa, que me acompañaron. Asimismo, en el conjunto del Pleno, para dar por cerradas satisfactoriamente por Vila-seca, por su Ayuntamiento y por la Corporación de 2011 a 2015, las actuaciones judiciales que sacudieron –como se ha visto, innecesariamente–, a la opinión pública por unos hechos, fruto de una denuncia falsa, que ahora ha quedado deslegitimada por la Audiencia Provincial de Tarragona de forma rotunda. Y una reflexión: un periodista se preguntaba en el 2016, ¿cómo se compensa a las víctimas de un proceso infundado? El mecanismo social de reparación de la honorabilidad está por inventar. Y no sólo por las falsas acusaciones a su integridad profesional y política, también por los insultos a ellos y a sus familias. Y seguía preguntándose en referencia al ayuntamiento que se encontró en este caso: ¿se felicitará públicamente a la alcaldesa por la sentencia que deja intacto el prestigio de los afectados? Creo que en aquel caso no se hizo, en cambio el ayuntamiento de Vila-seca sí que lo ha hecho, y honra al alcalde-presidente, Pere Segura, y a todos sus integrantes, el gesto de su conducta política, que hace prevalecer por delante de todo la fuerza de la razón, en lugar de la razón de la fuerza.