Diari Més

Campo de Tarragona

Más de 2.700 mujeres tuvieron un diagnóstico de violencia machista en el Camp de Tarragona en 2020

Los servicios de urgencias de los hospitales y de los centros de asistencia primaria son los primeros en recibir a las víctimas de este tipo de violencia

En 2020, en Cataluña se atendió a 40.182 mujeres.

Más de 2.700 mujeres tuvieron un diagnóstico de violencia machista en el 2020ACN

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Ansiedad, hipertensión, obesidad o depresión son algunas de las patologías más frecuentes asociadas a la violencia machista que detectaron los equipos de atención primaria durante el 2020 entre mujeres pacientes de toda Cataluña. Según los datos registrados por el ECAP (Estación Clínica de Atención Primaria) que recoge el Plan de salud regional 2021-2025 del Camp de Tarragona, el año 2020, 40.182 mujeres de más de 15 años fueron atendidas en los servicios sanitarios de Cataluña con un diagnóstico de violencia machista, cifra que comporta una prevalencia registrada de 120 por 10.000 mujeres en Cataluña. En la región sanitaria del Camp de Tarragona, fueron 2.731 las mujeres con el mismo diagnóstico. La prevalencia en esta región sanitaria fue de 105,7.

Los servicios de urgencias de los hospitales y de los centros de asistencia primaria son los primeros en recibir a las víctimas de este tipo de violencia al inicio, cuando el caso todavía no está cronificado. Por eso son los profesionales sanitarios en la mayoría de casos los primeros en abordar la problemática con las víctimas, ya que esta se manifiesta también a través de varias patologías. «Normalmente, cuando ya hace tiempo que alguien sufre estas agresiones, las secuelas empiezan a aparecer con síntomas, pero la paciente no lo dice. Los profesionales sanitarios hacen un trabajo integral para que valoren si quieren manifestarlo», explica Manuela Vázquez, trabajadora Social del Hospital Joan XXIII de Tarragona. Según Vázquez, hay muchas mujeres que no quieren poner la denuncia porque no se sienten protegidas, se sienten o están solas y tienen miedo de la pareja. «Nunca forzamos una denuncia, porque se entiende el miedo. Lo que intentamos sobre todo es acompañarlas y explicarles lo que puede conllevar no hacerlo, porque un maltrato a nivel de salud se considera grave», añade. Vázquez afirma que algunas ya llegan con la idea clara de poner una denuncia y «otras, lo hacen acompañadas por los Mossos», dice.

Otra cosa es cuando los servicios sanitarios detectan que hay menores viviendo en el ámbito doméstico donde se produce la violencia machista. El cambio en la ley del 2020 incluyó otros tipos de maltratos, –como la digital o la violencia vicària–, e hizo posibles medidas para garantizar la protección de los menores. «El cribado de los servicios de urgencias permite hacer una primera entrevista a la paciente. Cuando se trata de víctimas de violencia machista con niños, se activa el protocolo de maltrato infantil, con qué se tiene que valorar si los menores están a un entorno protegido o no», explica Vázquez.

Los casos de riesgo para los niños ya se detectaban antes del cambio en la ley, «pero era más complicado actuar si no había un maltrato directo o si los Servicios Sociales no tenían indicios». Ahora, los sanitarios informan a la Dirección General de Infancia i Adolescencia cuando detectan de que hay niños que viven en un entorno violento a fin de que un equipo especializado valore el caso con un estudio en profundidad.

«Los equipos sanitarios están cada vez más concienciados. Se trabaja íntegramente y se activan todos los profesionales, pero a nivel social sigue siendo un tema tabú», reconoce la trabajadora social del Joan XXIII.

El confinamiento al que obligó la pandemia por covid agravó la situación de muchas de las mujeres víctimas de violencia machista en consecuencia de la convivencia con el maltratador, «sin embargo, tardaron más en poder acudir a los servicios sanitarios». Aquel año hubo nueve víctimas mortales por violencia machista en el ámbito de la pareja. Durante el mismo año, se atendió a 12.594 víctimas en Cataluña.

Según el Plan de Salud regional del Camp de Tarragona, la media de edad de las mujeres asesinadas es de 40 años y, según los registros de los últimos 10 años, esta violencia extrema se da en el ámbito de la pareja y el 48% de las víctimas tenían hijos a cargo. En los últimos once años, la mayor parte de los feminicidios se han producido en el ámbito metropolitano (59), seguido de once en el ámbito territorial del Camp. El mismo número de feminicidios (6) se han producido en el Penedès, comarcas gerundenses y comarcas centrales.

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