«Miró y Fortuny son dos casos opuestos»

—¿Cómo habéis enfocado el trabajo que se recoge en este libro? —A.F.: Estuvimos trabajando los artículos que son el origen del libro en tiempo de pandemia, y eso dificultó un poco trasladarnos personalmente a todas partes, aunque muchos son paisajes que ya conocíamos y que hemos podido redescubrir con los ojos de la veintena de artistas que son protagonistas en el libro. Pero, además, hemos tenido la suerte de poder acceder a voces expertas, grandes conocedoras de los diferentes artistas y su obra. Expertos de diferentes ámbitos, como historiadores del arte, arquitectos, familiares de los artistas, responsables de museos, etc., que nos han permitido profundizar en cada personaje y en este vínculo tan especial que establecieron con el paisaje. Eso nos ha permitido hacer una nueva mirada sobre la obra de estos creadores, teniendo presentes paisajes que, de una manera u otra, les marcaron.

—¿Cómo habéis hecho la elección de los paisajes y los artistas?

-J.B.: El libro nos invita a descubrir lugares que marcaron la trayectoria de artistas conocidos, pero que no se acostumbran a vincular a estos paisajes (como Jujol enlos Pallaresos), o paisajes que fueron importantes para mujeres artistas, pero a ellas a menudo la historia les ha dejado de lado (como Núria Llimona con Barcelona). Abrazamos desde la época medieval hasta los primeros años del presente siglo, de manera que todo el mundo puede encontrar lugares, épocas, corrientes artísticas o expresiones artísticas que le llamen la atención.

—-En el caso de Marià Fortuny, la relación con Reus la definís comopeculiar. ¿Por qué?

—A.F.: El caso de Fortuny es bien especial, ya que es uno de los artistas que ha tenido una relación más controvertida con su ciudad natal. En Reus hay gran devoción por la figura de Fortuny, uno de sus hijos ilustres, pero creo que él no correspondió esta devoción. Se marchó joven de la ciudad y pocas veces volvió. Más allá de la huella que deja el lugar donde naces, realmente Fortuny enriqueció su trayectoria y su obra gracias a los viajes por varios países como Italia, Francia y Marruecos, entre otros.

—DeJoan Miró, en cambio, destacáis suexcepcional relación con la tierra de Mont-roig del Camp.

—A.F.: Este caso es todo lo contrario al de Fortuny. El vínculo entre Miró y Mont-roig del Camp es indestructible y duradero. Es en Mont-roig donde, en 1911, después de una depresión, Miró decidió dedicarse plenamente a la pintura, en contra de los deseos de su padre, y abandonar su trabajo de contable. El Mas Miró fue mucho más que una casa de veraneo, porque allí encontramos el origen y la inspiración de Miró. Toda su obra es concebida en Mont-roig.

—También desgranáis la obra arquitectónica de Cèsar Martinell. ¿Qué relevancia consideráis que tiene?

-J.B.: Cèsar Martinell fue un humanista movido por varias inquietudes, como la investigación de la Historia del arte, y con las Catedrales del vino aspiró a mejorar la vida de los viticultores. Eran edificios que cumplían tres condiciones: la utilidad (eran realmente funcionales para hacer vino y con innovaciones, como una buena ventilación), la economía (estaban hechos con materiales asequibles y de proximidad), y la estética (monumentalizó el campo, teniendo presente que consideraba la belleza como un derecho de todo el mundo, también de los pequeños pueblos de zonas rurales).