Energía
Una línea eléctrica de 118 km y 63,35 MEUR atravesará el Camp de Tarragona
La infraestructura tiene que sustituir una antigua línea mejorando el trazado y con una reducción del 25% de soportes
La Generalitat ha concedido a Red Eléctrica, empresa filial de Redeia responsable de la operación y el transporte del sistema eléctrico en el Estado, la autorización administrativa que permite la construcción de un eje eléctrico de 220 kV entre Lleida y Barcelona, que pasará por el Camp de Tarragona.
La compañía asegura en un comunicado que se trata de la infraestructura eléctrica más importante de los últimos años en Cataluña. El eje tiene que mejorar la seguridad y capacidad de suministro mediante un doble rodeado entre las subestaciones localizadas a lo largo del camino, que pasa por Tarragona. En total son 118 kilómetros con abastecimiento en 6 subestaciones y una inversión de 63,35 MEUR. Sustituirá una línea existente y se reducirán un 25% de los soportes.
La nueva línea sustituirá casi totalmente una antigua línea existente. Tal como afirma la compañía, mejorará el trazado y se reducirá el impacto medioambiental del proyecto además de ampliar su capacidad. Asimismo, aseguran que este recorrido es fruto del «consenso» con todos los municipios implicados. El proyecto está previsto que se empiece a construir durante el primer semestre de este año y la puesta en servicio será en el 2025.
Los municipios por donde pasará este nuevo eje son: Lleida, Torregrossa, Juneda, Les Borges Blanques, La Floresta, Arbeca, Els Omellons, Vinaixa iTarrés, en las comarcas de Ponent; Vimbodí iPoblet, l'Espluga de Francolí, Montblanc, Barberà de la Conca, Cabra del Camp, El Pla de Santa Maria, Pont d'Armentera, Aiguamúrcia y el Montmell, en Tarragona, y Torrelles de Foix, Sant Martí Sarroca, Vilobí del Penedès, Pacs del Penedès, Les Cabanyes, Vilafranca del Penedès, Olèrdola, Sant Cugat Sesgarrigues, Avinyonet de Penedès, Olesa de Bonesvalls, Vallirana y Begues, en la demarcación de Barcelona.
El proyecto tiene que reducir en un 255 los soportes que hay actualmente con la antigua línea y prevé el desmantelamiento y restauración completa de aquellos tramos que no coinciden con el nuevo eje, que se habría alejado todavía más de los municipios y núcleos aislados.