El simulacro de riesgo químico, las inversiones y la inflación marcan el año en el Camp de Tarragona

El Camp de Tarragona vivía un año marcado por la definitiva vuelta a la normalidad después de la pandemia. La progresiva eliminación de las restricciones suponía la reactivación económica definitiva, especialmente en un sector clave para el territorio, como es el turismo. Asimismo, la vida social de la demarcación recuperaba algunas de las citas ineludibles, que en los últimos años se habían suspendido o reprogramado, volvían a su formato habitual, como era el caso de las Fiestas Mayores o la Semana Santa.

Más allá de esta recuperación del ritmo prepandémico, el Camp sufría también los efectos colaterales de la guerra en Ucrania. La inflación pasaba factura a familias y empresas y la crisis de precios de la energía preocupaba, especialmente a la industria química, que por su tipo de actividad y el uso intensivo de electricidad, gas y crudo sufría fuertemente el aumento desorbitado de los costes energéticos.

El 2022 también sería recordado por la celebración del primer simulacro masivo de accidente químico en el Camp de Tarragona, que tuvo afectación sobre más 60.000 personas y en el que, por primera vez en el territorio, se utilizó el sistema de avisos masivo vía SMS. Este simulacro, sin embargo, contrasta con los dos incidentes que volvieron a poner en guardia la población y cuestionaron de nuevo la seguridad: un escape de nafta semanas antes y el incendio de una sofrera en Constantí cinco días después de la prueba.

Asimismo, el año pasado también estuvo marcado por la llegada de los fondos europeos, que continuará este año, para impulsar varios proyectos destacados, desde comunidades energéticas a transformaciones urbanísticas, digitalización y el impulso del turismo sostenible. Ahora bien, uno de los anuncios más destacados llegaba desde Seül. El fabricante de componentes para baterías ILJIN anunciaba una inversión de 600 millones de euros en Mont-roig del Camp, para construir una planta –la primera de la compañía fuera de Asia– componentes para las baterías que se montarán en la futura factoría de Seat en Sagunt. La ubicación, entre Sagunt y Martorell, donde la compañía tiene la línea de montaje de los vehículos, hacía que la compañía apostara por el Camp de Tarragona para su implantación.

Otro hecho destacable de la actualidad en el Camp de Tarragona fue la resolución inesperada del caso del pistolero que hirió a cinco personas en Tarragona. Eugen Sabau consiguió que se le practicara la eutanasia antes de ser juzgado, provocando un intenso debate jurídico.

La meteorología también ocupó titulares, con fuertes olas de calor y los estragos por los aguaceros que sufrió Tarragona y otros municipios por Santa Tecla.